1. Alba


    Fecha: 18/10/2021, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... detener esa oleada que fue subiendo desde sus entrañas, su lengua estaba ocupada por la suya, su boca invadida, se bebía su sabor y más lo probaba más le gustaba, era como una especie de adicción, no necesitaba sus gafas quería conocerle mediante su lengua. No pensaba, no necesitaba pensar, solo sentía ese calor que la inundaba desde dentro y la energía de Juan que la arroyaba.
    
    Sus manos perdieron el control de su cuerpo y decidieron por su propio grado abrirle la camisa y deshacerse de esta, como si eso fuera un ardid habitual en ella. No podía parar, era como una fiera que tiene hambre ante una manada de cerditos rosas. El la frenaba con fuerza, para centrarla en su boca y poder besarla sin tanta avidez por su parte, era difícil de conseguir y no caer en la curva de su cuello o mejor aún probar a bajar hasta sus senos, ella era asocial y no entendía mas que la animalidad que le recorría las venas y el intentaba contenerla con maestría dándose cuenta de lo salvaje que podía llegar a ser.
    
    Le besaba, le lamia, la perdía, y la volvía a recuperar entre sus manos para besarla y mirar esa extraña mujer que había conocido en la noche. Con entereza le fue quitando el top, acariciándola con sus manos abiertas en todo su torso y su espalda , mientras ella se debatía con sus vaqueros , el cinturón primero y luego la botonera , trataba de acariciarle el pene a través de sus bóxer azules pegados al cuerpo mientras el con destreza se sacó los zapatos y los jeans, pisándolos . Cuando ...
    ... fue a por su falda, fue fácil porque solo era una cremallera. Así medio desnudos, en ropa interior, la fue llevando, de puntillas en sus tacones por el salón, hasta la habitación.
    
    Se pararon un instante, encendió la luz para poder verla, ella no sabía dónde mirar, ahí plantada, la melena revuelta, en sujetador negro y braguitas a juego, medias hasta el muslo, de las que se pegan con arte y te marcan el encaje de silicona cuando te las quitas y en tacones, no sabía qué hacer, no sabía cómo había llegado hasta ahí y la única salida la tapaba Juan con su imponente cuerpo.
    
    Juan se acercó y la volvió a besar, suavemente la sentó en los pies de la cama y se dio cuenta que ella estaba pensando, cosa que él no quería, necesitaba un golpe maestro y en eso era conocedor, así que ante ella, casi a la altura de su boca, hizo deslizar el bóxer por sus piernas y ella no pudo más que abrir la boca. Estaba noqueada por el efecto, él lo sabía. Allí estaba esa prodigiosa verga, dura y tiesa a pocos centímetros de su boca, boquiabierta por su presencia, o por el hambre que le tenía.
    
    El noto como le ardía la sangre, tanto que casi por medio o por no perder el efecto, se la quito de la boca, la quería deseosa, entre sus manos, la quería comiendo de su mano.
    
    Ella levanto la mirada y trago saliva, y él se arrodillo ante ella. La beso tan apasionadamente que casi le falto el oxígeno, volvía a tenerla donde él quería, le gustaba ese juego de atraparla y llevarla donde quería. Le acaricio ...
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