1. Alba


    Fecha: 18/10/2021, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ellas estaban a parte, en un cubículo aparte.
    
    Bebieron un poco y la Compinche la cogió de la mano y la introdujo detrás de la muralla, la Guapa no paraba de coquetear , era algo natural en ella, siempre lo hacía , hombre , mujer , planta …daba igual.
    
    Sintió como una presencia, un olor a madera con almizcle, quiso ver pero se topó con una torre de la muralla que la catapulto a la pared, de donde había dejado hacia casi una hora, su loseta preferida.
    
    Las canciones iban pasando y la gente se iba yendo…hasta que por fin la Guapa decidió que le dolían los pies, normal con esos stilettos , cualquiera se contonea toda la noche sin quejarse. Así que fueron al guardarropa a por las chaquetas y por fin salieron, primeros las pilis con las hienas y luego ella con la Guapa.
    
    Esta comento si llamaba un taxi y pasando por un puesto de kebab, la Simpática le comento que si le daba tiempo, entonces se pararon e hicieron acopio de pitas, menos ella que no le gustaba comer cosas sin tener el control de lo que allí se ocultaba…estuvieron hablando de la noche, de la música, de la muralla y ella callada…solo sonreía.
    
    De repente volvió a oler el perfume, se giró y vio como un hombre se iba…y entonces se dio la vuelta. Ella juraría que le sonrió, pero al estar a la vera de su amiga no tenía claro que era para ella. Así que basculo a la izquierda y en ese momento, se dio cuenta que era a ella a quien sonreía, le devolvió la sonrisa, tal como pudo. En ese preciso momento…sintió algo ...
    ... que jamás había sentido.
    
    No tuvo tiempo de pensar cuando se dio cuenta que ella misma había ido hacia él, se miraron y por fin el hablo, y ella supo que era el del espejo. Sin mediar apenas palabras aparte de su nombre, él la agarro y se fueron juntos. La noche andaba fresca y el la abrigaba lo más que podía con su brazo. Nunca había perdido el control y ahora iba con un tal Juan, a no se sabe dónde. El hombre era apuesto, alto, de gran sonrisa, ojos negros, piel blanca y pelo lacio, negro, que le caía sobre la frente con estilo, no le daba más de 40 años. Sus facciones eran casi perfectas si no fuera porque se le marcaba un hoyuelo más a la izquierda que a la derecha, olía de maravilla y transmitía una energía cálida y no sé qué, que la dejaba atontada. Perdió la cuenta del tiempo en el que estuvieron andando. El caso es que llegaron a un portal y el saco con destreza las llaves de un monedero de cuero. Ella pensó que ya su abuelo tenía el mismo, antaño,…esperaron el ascensor en silencio y él le ofreció entrar primero. Se acomodó en la esquina, pero la volvió agarrar, y ella se dejó llevar.
    
    El ascensor paro en la undécima, salieron y con la misma operativa saco la llave del piso, de letra A.
    
    Entraron y fue como descubrir el universo de Juan, habían tantos libros en las dos imponentes librerías que rodeaban el televisor que no pudo resistirse a ir a mirar…el hombre la detuvo y la beso. Fue como si el tranvía de Frida le hubiera atropellado en ese momento, no pudo ...
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