1. La apuesta: Mi padre me apostó


    Fecha: 15/10/2021, Categorías: No Consentido Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... tomándome de la cabeza.
    
    —¡chingon pinche chamaca!
    
    —¡haaaaag!
    
    —Ahora si dale mija, sabotéalo —en efecto, sentía el sabor a grasa o mugre en mi boca. Seguía chupándole la verga para acabar con esto lo más rápido posible. No sé si mis lágrimas eran de tristeza o provocadas por la asfixia de la brusquedad que tenía aquel viejo hijo de puta conmigo.
    
    Cuando se cansó por fin de tener mi boquita a su disposición, me levantó y me aventó a la cama. Enseguida se montó sobre mi y me separó las piernas. Me sentía como una muñeca de trapo. A papá ya solo lo escuchaba llorando tras la puerta.
    
    —Sonaba con estas chichis, mira nonas, huelen a nuevo —se metía completa mi teta en su boca, dentro sentía su legua jugar con ella, iba a la otra y regresaba, mientras se iba desnudando y me arrancaba también la ropa.
    
    —¡aaaah!
    
    —¡No gané una apuesta, me saque la lotería! —dijo luego de tocarme abajado y notar que estaba completamente rasurada.
    
    —¡haaauch! —Me metió sus dedos bruscamente, hasta que me moje un poco.
    
    —Ahora si chiquita, siente el poder —aunque mi novio la tenía más grande, la brusquedad de ese cabron me provocaba gemir más.
    
    —¡uufff! ¡Aaaah! ¡aaaay!
    
    —Eso chamaca, disfrute de su campeón ja ja —aunque tenía la boca cerrada no dejaba de besarme, me mordía las orejas y chupaba mi cuello como loco.
    
    —Haaa! Aaah! Aaaah! —no soy de hule, podía sentir el calor en mi interior, igual sentía que ese cabron se retorcía como loco, “va a terminar” pensé. Pero el ...
    ... también lo sabía, se apartó y me giro.
    
    —¡Empínate mija! ¡Vamos a probar esa colita! —Me jalo por la cintura hasta dejarme en cuatro, sentí como escupía sobre mi colita y sobaba mis nalgas, en cuanto sentí su verga rozar mi ano brinqué.
    
    —Despacio…
    
    —¡si claro! —Sentí como rompía mi culo, quise decirle que parara pero solo grita tan fuerte por el dolor que reactivé las súplicas de papa.
    
    —¡AAAY!
    
    —¡Ya cabron ya fue suficiente!
    
    —¡si vieras este culo sabrías que nunca es suficiente! —dijo, mientras mantenía su verga hasta el fondo. Luego comenzó a moverse y no cesaba el dolor.
    
    — ¡aaaah! ¡Haaay! Yaaa! Yaaaa!
    
    —¡así así, que te escuche el pendejo de tu papá!
    
    —¡haaaa! ¡Haaay! Ya sácala! Nooo! —aferrado a mis caderas sentí como se retorcía, su semen lleno mi colita, en cuanto sacó su verga me tumbé en mi cama.
    
    —¡No mames están más rica de lo que me imaginaba, pinche culito paradito! —siguió masajeando mis nalgas mientras se vestía.
    
    —Yo quería cogerme a tu mamá, pero mira. Tu papá te apostó a ti. Pinche tan pendejo.
    
    Cuando abrió la puerta, mi padre quiso golpearlos. Pero después de un forcejeo se separaron.
    
    —¡Hijo de puta!
    
    —Tu fuiste el que apostó a su hija, ¡pendejo!
    
    —¡Chinga tu madre!
    
    Tardo una semana en tener el valor de verme a la cara y pedirme perdón, además me pidió que no le dijera nada a mamá. Me dio una extensión de su tarjeta de crédito. En dos mil dieciocho volvieron a jugar una final el Cruz azul y el América, para dos mil diecinueve ...