1. Me trataba de usted


    Fecha: 29/09/2021, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    Había vuelto a Galicia, pero no me quitaba la cabeza la morena más sexy que jamás había conocido. Echado boca arriba sobre mi cama, Recordaba sus grandes y esponjosas tetas, su dulce voz cuando me dijo: "No voy a dejar que su lengua profane mi sexo" Recordaba mi lengua lamiendo su culo y a la morena llamándome: "Cerdo". Recordaba su coño rasurado y su gordo clítoris. Recordaba mi lengua apretada contra él haciendo círculos. Recordaba su pelvis moviéndose de abajo a arriba, de arriba a abajo, alrededor y hacia los lados. Recordaba su mano apretando la sábana, su boca mordiendo la almohada y su coño corriéndose en mi boca. Recordaba su voz desgarrada diciendo. ¡¡¡Me corro!!! Recordaba mi polla entrando y saliendo de su culo, cómo la nalgueaba, cómo me corría en su espada y como lamía mi leche de ella. Lo recordaba mientras mi mano subía y bajaba masturbando mi polla, y recordando salió un chorro de leche que cayó sobre uno de mis pies y que después bajó en cascada por el tronco y anegó mi vello púbico y mis huevos.
    
    Una semana después volví al lugar del encuentro. Me senté en el mismo banco de madera del jardín. En la pileta de la fuente seguían los peces dorados, en el escaparate el maniquí y detrás del banco las jacarandas en flor, pero los coches subían y bajaban por las calles que rodeaban el jardín. Era mediodía y estaba solo en el jardín. El silencio de la noche diera paso al bullicio, y lo peor era que ella no estaba. Lo sabía antes de desplazarme, pero quería ...
    ... volver a sentarme en el banco, cerrar los ojos y verla allí sentada, a mi lado. Cuando abrí los ojos la vi. ¡Sí! Era ella, la muñequita más linda del universo, salía de un supermercado con una bolsa en la mano. La seguí hasta su casa sin que ella me viera a mí. Luego me fui a una pizzería, me compré una pizza con setas y anchoas y una gorra, cogí mi auto, lo dejé aparcado a una calle de la suya y llamé a su puerta. Me abrió la puerta, ya se había puesto un pijama, al verme, exclamó:
    
    -¡¿Usted?!
    
    -Su pizza de anchoas y setas, señora.
    
    Echó una ojeada por si alguien estaba mirando, y sin alzar la voz, me dijo:
    
    -Está loco. Váyase. Mi marido está a punto de llegar.
    
    La había cagado. El "mandamás" era su marido. Di media vuelta y me iba, cuando me dijo:
    
    -Pero la pizza la puede dejar.
    
    Sin decir palabra me volví a girar, sin mirarla, decepcionado y avergonzado, extendí el brazo y quise darle la pizza. No me la cogió. Me dijo:
    
    -Sígame y póngala sobre la mesa de la sala que yo tengo las manos manchadas.
    
    Al entrar en la casa cerró la puerta. Caminando detrás de la morena vi que debajo del pantalón azul del pijama no llevaba bragas, pues sus bellas nalgas iban cada una a su bola. Sin mirarme, preguntó:
    
    -¿Cómo supo dónde vivo?
    
    -Te vi salir del supermercado y te seguí.
    
    -¿Vive cerca?
    
    -No, vivo en Galicia.
    
    Puse la pizza sobre la mesa camilla de la sala de estar.
    
    -¡¿Y ha venido desde tan lejos para verme?!
    
    -Al fin del mundo iría para volver a ...
«1234»