1. El día en que me masturbaron en un laboratorio clínico


    Fecha: 27/09/2021, Categorías: Masturbación Autor: inolhost, Fuente: CuentoRelatos

    ... pantalones dando a entender que requería bajarlos.
    
    -Sí… -respondí. Acto seguido Paulina, sin avisarme, comenzó a bajarme también mis calzoncillos hasta la altura de mis rodillas.
    
    Al quedar expuesto, inmediatamente sentí un pequeño escalofrío en todo mi cuerpo. Mi pene, el cual se encontraba más o menos a la altura de sus labios, estaba totalmente flácido. Sin duda me sentía nervioso y hasta un poco avergonzado, ya que en todas las semanas anteriores no había podido recortarme el vello púbico y ahora lucía bastante largo y desaliñado. Por su parte, Paulina no parecía nerviosa en absoluto, o al menos eso es lo que aparentaba.
    
    -Bien… -me dijo con naturalidad tomando uno de los frascos en sus manos -voy a frotar…
    
    -Yo no respondí. Vi que la enfermera empapaba una bolita de algodón en el líquido rosa y acto seguido pude sentir cómo lo deslizaba a lo largo de toda la parte de enfrente de mi pene muy lenta y delicadamente. El algodón alcanzaba a rozar también una zona de mi glande ya que yo estaba circuncidado y es que, a pesar de que el líquido estaba un poco frío, la sensación era agradable.
    
    El segundo algodón que tomó Paulina lo dirigió esta vez a la parte anterior de mi miembro, el cual lo sujetaba muy apenas con una de sus manos llevándolo hacia arriba muy despacio, mientras que con la otra lo limpiaba añadiendo pequeños y ligeros movimientos circulares. Sin duda llamó mi atención una vez más la gentileza con la cual la enfermera trataba a mi pene, como si ...
    ... quisiera ser lo más cuidadosa posible debido a mi estado de salud actual.
    
    El tercer y último algodón lo llevó sorpresivamente durante pocos segundos hacia la zona de mis testículos. Pude apreciar cómo su otra mano, con la palma extendida hacia arriba, la colocaba justo por debajo de ellos rozando esta apenas los vellos que tenía, como tratando de que esto facilitara dicho procedimiento. Después, pasó el algodón nuevamente hacia arriba, poco a poco, por cada zona de mi miembro finalizando en el glande.
    
    Aquí fue en donde se detuvo unos segundos más en comparación a todo lo anterior. Paulina realizaba los mismos movimientos, sólo que ahora de manera mucho más delicada. Recorría el algodón en cada parte, en los bordes, debajo de estos y en la zona del frenillo.
    
    Yo continuaba nervioso y es que no sabía hacia dónde dirigir la mirada. Ciertas veces veía hacia el techo, sin embargo, por momentos me detenía a contemplar la expresión con la cual Paulina seguía realizando tal tarea. Otras veces me dedicaba a admirar su atractiva figura que minutos antes había llamado tanto mi atención. Comenzaba a pensar también en lo excitante que me resultaba que una mujer tan hermosa tuviera el control sobre mi pene, incluso en una situación como esta.
    
    Una vez finalizada la tarea, Paulina soltó mi miembro, se puso de pie y me dijo:
    
    -Listo. Bien… puede ser incómodo pero como te expliqué, para que ahora yo coloque el dispositivo debes tener erección... –Al decir estas palabras noté que la ...
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