1. El día en que me masturbaron en un laboratorio clínico


    Fecha: 27/09/2021, Categorías: Masturbación Autor: inolhost, Fuente: CuentoRelatos

    La siguiente experiencia me sucedió cuando tenía 24 años, poco después de haber terminado la universidad. A decir verdad nunca había contado esta historia y considero oportuno describir primero los detalles del contexto en el cual me encontraba, por lo que debido a esto espero que se comprenda el que no entre de lleno inmediatamente a la experiencia como tal.
    
    En fin, recuerdo que por aquel entonces desafortunadamente presenté un cuadro de lo que se conoce como prostatitis abacteriana, un diagnóstico no tan común tomando en cuenta la edad que tenía, por lo que para esto había estado acudiendo a un urólogo desde hacía meses y tomando la medicina respectiva.
    
    Lo que pasó a continuación explica a grandes rasgos el título de este relato y es que, durante aquellos días, tenía planeado realizarme un espermocultivo por órdenes de mi urólogo, un estudio habitual y preventivo en este tipo de cuadros clínicos que yo ya me había realizado anteriormente y en donde se busca algún tipo de bacteria en el semen.
    
    Fue justo una semana antes de ir al laboratorio cuando sufrí un accidente en el cual acabé con el brazo derecho roto y la muñeca izquierda dislocada, así como con otras fracturas algo severas que me obligaron a estar en el hospital un par de días y en casa en cama durante unas semanas.
    
    Así pues, las extremidades más afectadas fueron mis brazos, ambos me los tuvieron que enyesar y el pronóstico del traumatólogo no era nada bueno, debía estar así al menos unos 2 meses y ...
    ... acudir después a rehabilitación al menos otro mes.
    
    Este se convirtió en un periodo bastante difícil e incómodo para mí ya que, además, un familiar mío se quedó conmigo en mi departamento durante un tiempo para ayudarme a realizar tareas tan sencillas como comer e ir al baño, a lo cual no me pude negar. Prácticamente estaba casi inmóvil y realmente necesitaba ese tipo de ayuda.
    
    Por fin, después de unas semanas, comencé a sentirme mejor, aunque todavía no podía ni me estaba permitido realizar algún tipo de movimiento que requiriera gran esfuerzo en los brazos. Aun así, con el pasar de los días logré ser un poco más independiente y pude, entre otras cosas, volver a caminar.
    
    Para mi mala suerte, poco después comencé a presentar una recaída: mis síntomas de prostatitis se agudizaron nuevamente obligándome a pasarla todavía peor y afectando también severamente mi estado de ánimo.
    
    Al ver que las molestias no cedían como de costumbre a pesar de seguir tomando las medicinas, decidí entonces contactar a mi urólogo y afortunadamente pude agendar una cita para la mañana siguiente, así como contar una vez más con el apoyo de mi familiar, quien me llevó en auto hasta allí sin dudarlo.
    
    Al entrar al consultorio el urólogo claramente se sorprendió y de manera breve le conté lo que me había sucedido, así como la razón de mi consulta. Me explicó que probablemente mis molestias se debían al tiempo de mi estancia en el hospital y que tal vez ahí había adquirido una infección o que ...
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