1. Me dejo follar en el cine por desconocidos


    Fecha: 26/09/2021, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: kittysumise79, Fuente: CuentoRelatos

    Respiro hondo e intento que las pulsaciones vuelvan a su ritmo habitual, aunque no lo creo posible.
    
    La situación me sobrepasa un poco, no sé si estoy lista para algo como esto y sin embargo me veo yendo hacia la taquilla y pidiendo una entrada.
    
    El hombre, de unos sesenta años, con un pitillo entre los labios me mira repasándome y alza una ceja.
    
    Tengo los pezones duros, el escote del vestido blanco es profundo y contrasta con mi piel morena. Sé que los ve. El tejido es tan vaporoso que se transparenta.
    
    —¿Solo una? —pregunta con la voz enronquecida por años de darle a la nicotina.
    
    —Sí —confirmo mordiéndome el labio inferior. Él asiente y termina por darme la entrada, cuando voy a pagar, con su mirada puesta en mis tetas, niega.
    
    —A esta sesión invita la casa. —Guardo el billete y murmuro un «gracias».
    
    La sala es pequeña, ubicada en un callejón exento de miradas curiosas, es lo que tienen las salas X, muchas han ido desapareciendo y las que quedan, relegadas a un plano al que pocos acuden.
    
    El cine es viejo, está poco cuidado y en cuanto entro en la sala me doy cuenta que las butacas tienen el mismo tiempo que el hombre de la entrada.
    
    Está a oscuras y se distinguen varias cabezas afincadas con una distancia prudente.
    
    Podría haberme sentado en la última fila, pero entonces no hubiera tenido gracia. Había venido hasta aquí por mí, para cumplir una fantasía, para demostrarme que era capaz de hacerlo porque sí, porque yo era dueña de mi propia ...
    ... sexualidad y si eso me excitaba quería realizarlo.
    
    Ocupé una de las plazas centrales y respiré intentando templar los nervios, cosa poco probable. Me recliné un poco en el asiento y saboreé mis labios resecos, esperando a que diera inicio la película.
    
    Ni siquiera me había preocupado en ver de qué iba, al fin y al cabo era porno, no se destacaba por el argumento.
    
    Noté un crujido a mis espaldas, alguien había ocupado el asiento que quedaba detrás de mí. Noté un movimiento a mi derecha, no quise mirar, estaba demasiado histérica como para hacerlo. Necesitaba una inyección de coraje para no levantarme y salir corriendo.
    
    Un hombre se acomodó en el asiento de al lado y un minuto después tenía otro en la butaca de la izquierda. Mi corazón se había desbocado, ahora sí que ya no iba a moverme.
    
    Miré mis muslos. Al sentarme había subido la falda adrede, tan cerca de mi sexo que era como asomarse a un precipicio. Estaba mojada, la situación me excitaba y negarlo era de hipócritas.
    
    Apreté con fuerza los reposabrazos cuando la piel del hombre de mi derecha me rozó el brazo. Iba en manga corta, mi vestido se abrochaba con un simple lazo en la nuca despejada. Me había recogido el pelo en una cola alta. Hacía calor, ¿o era yo quien sudaba?
    
    Los gemidos no tardaron en inundar los altavoces de la sala. En la pantalla una casada insatisfecha, a quien el lampista le estaba desatascando algo más que las tuberías de casa. Un clásico, un cliché que me erizó la piel cuando el hombre de mi ...
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