1. Memorias inolvidables (Cap. 7): Dos años y medio con Eduardo


    Fecha: 22/09/2021, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... me sentí verdaderamente hijo y extremadamente amado. Desde ese día me dirigí a ella siempre como mamá. Lo notaron todos al día siguiente en el comedor cuando me preguntó:
    
    — ¿Quieres un poco más de salsa en tu plato?
    
    Y contesté con toda naturalidad:
    
    — Sí, mamá, está muy rica, nunca la había probado.
    
    Yo no me di cuenta, pero Eduardo y los niños dejaron de comer y se quedaron mirándome. Entonces les dije:
    
    — ¿Qué pasa? ¿Acaso no es verdad que está muy rica?
    
    Entonces se dio cuenta Eduardo que me salió de dentro, que no fue ficticio. Esa noche Eduardo me relataba su impresión y la de sus hermanitos y me di cuenta que todo el tiempo había estado tratando de mamá a Emerenciana y me alegré. Le propuse a Eduardo que el domingo, faltaban cuatro días, les confirmaríamos a todos nuestro noviazgo y compromiso para efectuar al concluir mis estudios. Eduardo se puso tan feliz que me pidió que yo llevara la iniciativa de esa noche y al final lo follara hasta desgarrarlo:
    
    — Yo no estropeo a nadie, menos aún a la persona que más amo.
    
    ¿Qué había dicho? perdimos los estribos y nos convertimos en dos fieras haciéndonos el amor. A grandes rasgos diré que de los detalles de amor con Eduardo, que los recuerdo paso por paso y todavía me emociono y me caliento, no es necesario decir más que aquello de que hicimos fogosamente el amor y, al finalizar, se le ocurrió una idea genial que yo aprobé. Eran las cinco de la mañana.
    
    — ¿Dormimos o nos vamos?, dice Eduardo.
    
    — ...
    ... ¿Estas cansado y tienes sueño?, —pregunté
    
    — Si a la primera, no a la segunda, —me contesta.
    
    — Entonces, vámonos a cansarnos más y ya dormiremos, —dije.
    
    Podríamos hecho las preguntas y respuestas al revés, daba lo mismo. Había una cosa en mente. Para nosotros dos ya éramos novios, teníamos que celebrarlo y preparar lo que haríamos el domingo. Lo primero fue ir a un joyero, no íbamos a ir a la joyería del pueblo, al poco ya se habrían enterado. En la moto de Eduardo nos fuimos a otro lugar más grande donde éramos totalmente desconocidos. A las 9 de la mañana estábamos saliendo y nadie sabía adonde ni para qué. Preguntamos a unas personas y nos dijeron las tres joyerías que había. Alguien nos dijo cuál era la mejor y nos acercamos allí. Nos atendió un chico joven y le dijimos que queríamos dos anillos iguales de compromiso.
    
    — ¿Para vosotros dos o para dos chicas?, —preguntó.
    
    — Claro, claro, para nosotros, —respondí.
    
    — ¿De compromiso, dijisteis?
    
    — Sí, queremos que al llevarlos cuando vamos juntos se note que somos novios.
    
    — Ah, muy bien, vais a mirar esto, luego os enseño otras cosas.
    
    Nos mostró unas bandejas de anillos muy comunes, y cuando ya habíamos visto casi todo sin separar nada, sacó de dentro un estuche como una caja de camisa o más ancho y nos mostró algo diferente, estaban los precios puestos en cada par, Nos gustaron todos, pero especialmente dos y le pedimos parecer.
    
    — Estos de acá son muy habituales para compromiso o pedida de mano de las ...
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