1. Memorias inolvidables (Cap. 7): Dos años y medio con Eduardo


    Fecha: 22/09/2021, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... enamorarme.
    
    Tomó mis dos piernas y levantó mis pies sobre sus hombros, dándole una entrada perfecta. Volvió a agarrar mis caderas y me empujó hacia adentro muy lentamente. Al principio hubo un poco de dolor al que ya me había acostumbrado, pero me parecía todo nuevo. El dolor fue sustituido casi inmediatamente por el puro éxtasis en que me encontraba, como fuera de mí mismo. Gemía en voz alta mientras mi culo apretado se expandía con el peso de su polla y lo sentí al golpear mi próstata. Mis ojos lloraban cuando toda su polla estaba alojada dentro de mí. Luego lo sacó una y otra vez y empujó una y otra vez. Movió mi cuerpo con el ritmo, dentro y fuera, dentro y fuera. Vi el sudor goteando por sus abdominales y su cabello rebotando hacia arriba y hacia abajo con cada empuje. Gimió en voz alta. Sentí el chorro de pre semen en mi pecho y me derramé sobre la cama.
    
    Me dio la vuelta abruptamente, de modo que me puse a cuatro patas y continuó golpeándome. Me agarró el pelo y tiró de mi cara hacia él para poder besarme por detrás. Me empujó de nuevo a la cama y me pasó las manos por encima de mi espalda lisa. Me golpeó ligeramente en el culo y me agarré a la barandilla mientras gemía, gruñendo su nombre. Me encantó cada segundo, me sentí acercándome al clímax. Estaba claro que él también lo estaba, así que se quitó el condón y me dio la vuelta de nuevo, bombeando su verga rápidamente. Me uní a él y nos ...
    ... miramos a los ojos mientras nos uníamos ambos. Nuestros penes estaban chorreando gruesos chorros de semen por todo mi pecho. Sentimos un orgasmo largo, mi cabeza se había despejado del todo de pura felicidad. Cuando llegó a su fin, mi pecho estaba absolutamente empapado. Una parte se me había salpicado en la cara y traté de limpiarla con la lengua. Eduardo me lamió el pecho y me besó, el sabor de nuestro semen y sudor se mezcló en mi boca. Tenía un sabor dulce y salado a la vez, una mezcla de sabores divinos.
    
    Casi no tenía ganas ya de salir de casa, pero me insistió para que fuéramos a la piscina. Me di una ducha rápida para quitarme los restos de semen y, una vez seco con una toalla manipulada por Eduardo, me puse mi bañador tipo speedo color naranja, encima me coloqué un short deportivo blanco y sin camiseta nos fuimos a la piscina que no estaba lejos. Habíamos dicho a mamá que no comeríamos. El color naranja de mi bañador era observado por muchos ojos de ellos y de ellas. Eduardo me dijo:
    
    — Échate de inmediato a la piscina y que se te baje la erección.
    
    Eso hice, pero me daba lo mismo lo que vieran, no lo iban a probar porque era solo para mi hombre. No me había dado cuenta que estaba ante otros, solo pensaba que estaba junto a mi amor, el que estaba dispuesto a dar su vida por mí y no dejó que yo la diera por él. Estar con él hacía que se me pusiera dura. Y solo pensarlo como ahora, ya se me pone dura. 
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