1. Orgasmo: Esa sensación en tu cuerpo difícil de explicar


    Fecha: 17/09/2021, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... la sala y como estaba mojado no quería entrar por él. Al par de minutos llegó con mi celular y le dije:
    
    -Angélica, ¿tienes mucho trabajo el día de hoy?
    
    -¡Lo de siempre Sr. Zena! ¿Necesita algo en particular?
    
    -Necesito ayuda con unos archivos que necesito mover al ático, pero no quiero ponerte sobrecarga de trabajo.
    
    -Si gusta le ayudo y mientras tanto Maggie que comience con la limpieza.
    
    -¿No te importaría? Yo les pago por el tiempo extra.
    
    Se fue a comunicarle el plan a Maggie y mientras tanto yo me sequé y solo me puse la toalla por sobre la espalda solo vistiendo la calzoneta de baño. Regresa y creo que se sorprende que siga solo con ese trapo cubriéndome el sexo y caminamos hacia la biblioteca y realmente yo no tengo ningún archivo que mover. Ella creo que estaba incómoda por la situación y le pregunté:
    
    -Angélica, ¿estás bien?
    
    -Si don Antonio… solo que nunca había estado con un hombre casi desnudo a solas en una habitación.
    
    -Si gustas espérame aquí… voy a ponerme algo de ropa.
    
    -¡No se incomode don Antonio… usted está en su casa!
    
    -¡Pero no quiero incomodarte a ti! ¿Nunca has visto a un hombre en traje de baño? – y me sonreía con ella.
    
    -Si, pero no tan cerca de mí.
    
    Vi su nerviosismo en su rostro y supe que Angélica era un cordero ante un depredador. Me le acerqué y le dije:
    
    -Tranquila… aquí no pasa nada, a menos que tú quieras que pase algo. – Y le miraba fija a los ojos.
    
    -No sé don Antonio… usted me ha puesto muy nerviosa.
    
    Me ...
    ... le volví a acercar y esta vez la tomé de la mano y sentí que su mano estaba fría y temblaba. Creo que intuía mi intensión en ese momento y sabía que se sentía acorralada adentro de la biblioteca, pues esta solo tiene vista a un lado de la casa y las persianas estaban cerradas. La tomé como un padre toma a su hija entre los brazos con la excusa de darle calor. Su cabeza descansaba entre mis pectorales y podía sentir como su cuerpo temblaba. Le dije:
    
    -¡Por Dios Angélica! Pareces que tiemblas un fiebre.
    
    -Es que usted me ha puesto muy nerviosa.
    
    -Tranquila Angélica… aquí no va a pasar nada que tú no quieras.
    
    -No sé don Antonio… es que arriba está Maggie y usted sabe lo que se va imaginar.
    
    -Bueno… no crees que ya se lo está imaginando. Luego inventamos algo.
    
    Le dije eso y le tomé una de sus manos y se la llevé a mi paquete. Hice que ella la sobara dirigida por mi mano. Con la otra comencé a masajear su espalda buscando los botones de su blusa. Finalmente creo que su excitación pudo más que sus miedos y ahora ella me masajeaba la verga sin mi asistencia. Se sorprendió cuando le dije que me bajara la calzoneta. Ella como si lo dudara, pero finalmente comenzó a bajarme lo único que llevaba puesto. Ella seguía tensa y me preguntó:
    
    -¿Tiene llave la puerta?
    
    -Si. -le dije, aunque era mentira.
    
    -¡Yo no me cuido y no quiero quedar embarazada!
    
    -No te preocupes… yo tengo protección.
    
    Aligeradamente le quité su blusa y brassier. Tiene ricos melones que, si ese día ...