1. Inversión de sujeto


    Fecha: 17/09/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... labio inferior, casi me podría considerar uno. Soy capaz de mantener su mirada un segundo, dos a lo sumo; luego me pierdo en el vacío mientras ella inesperadamente se agacha, recorriendo con las manos y la punta de la nariz mi torso. En cuclillas, su mano agarra mi pene, lo encamina a su boca. Doy un respingo cuando siento sus dientes rozándome la polla. La delicadeza dura poco; enseguida sus cabeceos se hacen demasiado constantes como para no resultar fríos. Mis manos encuentran en su cabeza un lugar para posarse, pero no le impongo un ritmo, una profundidad; ella demuestra que sabe lo que hace. La mamada continúa unos minutos. Yo me dedico a padecerla con los ojos cerrados. Hasta que siento el aire cortando el baño de saliva que me ha regalado. Sé que no debo hacerlo, no tengo que mirarla, sé que ella estará con la vista elevada esperando, pero no puedo evitarlo, abro los ojos y ella escoge ese preciso instante para agarrar mi polla dura y golpearse tres, cuatro veces la lengua.
    
    - Ooohh-. De mi boca quería salir un no pero sólo ha salido un gemido. Cuando ella amenaza con regresar al ritmo constante de la mamada, mis manos tiran de sus delgados brazos. Hago que se incorpore. Es alta, pero tengo que inclinar la cabeza y besarla para compartir saliva con ese aroma tan particular. Después soy yo el que se agacha, y eso le sorprende. Mis manos en su espalda la atraen hacia mí; recorro con mis labios su vientre planto, su cintura estrechísima. Me detengo a la altura de su ...
    ... pubis, mi vista se deleita en él. Luego mis dedos se cuelan entre sus muslos. Un primer roce la hace suspirar, pero mis manos continúan viaje hasta abrazar sus nalgas. Pequeñas, pero tersas y duras. Inexorablemente mi cara acaba acercándose a su entrepierna.
    
    Ella pausa mis ganas indicándome que sigamos mejor en la cama. Se tiende boca arriba, esperando mi continuación. Vuelvo donde estaba, a sus piernas asimétricas, a su cintura de avispa, a sus brazos estirados buscando la almohada, a su labio mordido por dientes con ansias. Beso sus muslos, trepo por ellos buscando un calor reconocible en ese cuerpo desconocido. Parece que le gusta, gime cuando mis dedos alertan su vulva. Exploro con mi lengua los pliegues de sus labios vaginales, inhalo su aroma. Mi cara se mueve, la boca busca su clítoris. Me entretengo más que un instante en recorrer su sexo a lametazos. Luego sumo dos dedos. Primero a base de caricias, después llegan los pellizcos. Separo sus labios, abro espacio a mi boca, pinzo su pipa, ella suspira. La humedad que va aflorando en su coño me invita a entrar. Mis dedos lo abren, se adentran en lo desconocido.
    
    La chica se deshace, yo me animo. Mis dedos se curvan en su coñito, buscando ese punto donde mora el placer. Poco a poco aumenta la velocidad de mi brazo. La follo con un par de dedos y la boca pegada siempre a su cuerpo. Juego en sus labios, asciendo por su vientre, circundo su ombligo y sigo camino. Sus pechos pequeños me reciben alerta, con los pezones ...