1. Inversión de sujeto


    Fecha: 17/09/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Mi amigo me ha arrastrado hasta allí, hasta ese piso donde se ejerce la prostitución. La invitación es el pago por una ayuda que le presté; aunque en realidad ni la ayuda lo merece ni los sesenta euros que me costará la siguiente hora, salen de su bolsillo.
    
    - Verás qué desfile- me dice mi amigo mientras nos sentamos en un sofá blanco con un vaso ancho en la mano. Ni sé lo que he pedido, tan sólo sé que no quiero estar allí. No tengo ánimo, aunque mi cara se ilumine al comenzar el paseo de mujeres. Cuando termina el paseíllo la voz de la madame recitando nombres, servicios y características me recuerda a la de un camarero atareado anunciando el menú del día; o escojo lo primero de la lista o no me entero de nada.
    
    - ¿No quieres los dos con la misma?- pregunto a mi amigo buscando un alivio. Sé que en ese caso se centraría en él y yo podría escabullirme con la menor implicación posible. Él ya ha elegido, una rubia latina a la que el pubis imberbe que transparenta su braguita, no dejará por mentirosa. Su negativa a compartir chica me deja frente a una decisión que no quisiera tomar. Allí de pie, tratando de lucir sexys y seductoras, me parecen langostas en un acuario esperando que el futuro comensal las señale con el dedo: tú acabarás en mi olla hirviendo.
    
    - ¿Alguna quiere?- pregunto buscando librarme de tener que elegir. Una marejada de risitas se levanta en las chicas, que posan alineadas como si fuera a sonar un himno.
    
    - Pero claro caballero, todas lo están desea…- ...
    ... comienza a decir la madame.
    
    - No, en serio, ¿a alguna le apetece?- interrumpo a la mujer.
    
    - Yo- resuena en la habitación. La dueña de esa voz, aparentemente decidida, da un paso adelante, con un gesto de cabeza asumo mi conformidad, y de inmediato la responsable del lugar retoma el monólogo, llamándola por un nombre que si no es el real no me interesa y una descripción de características de la que sólo soy capaz de retener francés natural sin. Mientras el resto de mujeres desaparecen por donde han venido, yo la miro. Alta a pesar de sus bailarinas, me he fijado que era la única que no lucía tacones vertiginosos, delgada, quizás demasiado para ser foco de atención. Morena, ojos oscuros, con el pelo extremadamente largo y liso sujeto en una cola alta que prácticamente le cae hasta la cintura. No se le nota ningún acento extraño, pero su apariencia denota un origen exótico, quizás inmigrante de segunda generación. Si en lugar de ir en lencería granate con unas medias del mismo color y un salto de cama, le pusiera un uniforme negro la vería en cualquier tienda de moda dispuesta a encontrar la talla que necesito.
    
    Ahora no sabría decirle qué necesito. Me ha tomado de la mano y me ha llevado a una habitación grande.
    
    - ¿Pasas al baño y nos aseamos un poquito?- pide, y yo asumo con naturalidad. Mientras me voy desnudando la miro y me sonríe; yo no puedo. Tiene el pecho pequeño, demasiado para mis grandes manos, y unas nalgas preciosas que ni siquiera me atrevo a acariciar. ...
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