Mi iniciación
Fecha: 16/09/2021,
Categorías:
Confesiones
Autor: LORENA1993, Fuente: CuentoRelatos
... nos teníamos que ir, cerró la ventanilla, me libero los tobillos de la barra separadora, me soltó las esposas y arrancó el coche y nos fuimos de allí.
- ¿Disfrutaste?
- La verdad es que sí.
- ¿Lo habéis vuelto a repetir?
- No
- ¿Por?
- Mi primo se dedicó a contarlo y se enteraron varios compañeros de clase.
- Vieron las fotos o los videos.
- Que yo sepa no.
- Supongo que aquella noche oirías más de una vez palabras como puta o similares.
- Si.
- Y eras consciente de que se referían a ti.
- No soy tonta
- ¿Te molestaba o te ponía?
- En aquel contexto me ponía.
- Una chica con tu experiencia y que ya está acostumbrada a que la llamen puta no tendría ningún problema en trabajar para mí.
- Son cosas diferentes, una cosa es tener una cierta fama de puta porque me gusta el sexo, y otra cosa es trabajar de puta.
- Te hago una propuesta. Si vas al servicio y te quitas la ropa interior y cuando vuelvas aquí me dejas comprobar todas las veces que yo quiera que vas sin bragas te doy cien euros.
- Ja, ja y cómo quieres comprobarlo, ¿subiéndome la falda?
- No, metiéndote mano, como los mirones que me has contado.
- Estamos en un tren nos pueden ver.
- Un poco difícil, estamos en la última fila del vagón, en el asiento de al lado no hay nadie y estas bandejas tapan muy bien.
- No.
- Doscientos.
- ¿Sólo por dejarme meter mano?
- Sería más divertido follarte, pero aquí sería más complicado. Sólo por meterte ...
... mano.
- ¿Hasta cuanto piensas seguir subiendo? Ja, ja, no soy una prostituta.
- Quinientos, ni un euro más y tienes diez minutos para decidirte a partir de ese momento iré bajando la oferta de cien en cien euros hasta llegar a cero, sólo una condición más tu braguita y sujetador me los tendrías que entregar, pasarían a ser de mi propiedad.
Cogió su mochila, abrió la cremallera de un compartimento interior y tras unos segundos me mostró diez billetes de cincuenta:
- Pueden ser tuyos, ya sabes las condiciones y el tiempo está corriendo
Desde que Juan se había sentado a mi lado, el morbo de la conversación había ido subiendo de tono, le había contado intimidades mías que no se las hubiese contado a nadie, el que insinuase que era una puta, no me molestaba, sino que, aumentando el morbo de la situación, incluso yo le había dado pie a que me lo llamase, no cortando la conversación a tiempo o con algunas de mis respuestas. Hacía rato que estaba tremendamente mojada, que tenía unas ganas tremendas de hacerme un dedito o de que alguien me metiese mano has conseguir que me corriese de una vez. ¿Quién mejor que un desconocido al que posiblemente no iba a volver a ver? Además, a pesar de sacarme unos cuantos años, calculé unos veinte, me resultaba atractivo, me gustaba su forma de tratarme y por otra parte recibir quinientos euros por dejarme meter mano durante poco más de una hora y venderle un conjunto de ropa interior que me había costado unos veinte euros no estaba nada ...