1. Un profesor, una alumna y un colegio católico – Parte 4


    Fecha: 20/05/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Xander_racer2014, Fuente: SexoSinTabues

    ... apoyándolas sobre mis muslos. Con sus pies sobre el colchón, subía y bajaba lentamente y solo se concentraba en sentir. Esa era la premisa. Sabía exactamente en qué momento debía cambiar de ritmo, en base a sentir la consistencia de mi miembro en su interior. Yo nunca debía señalarle la velocidad que necesitaba. Eso es algo que tenía muy claro, porque me conocía como nadie. Yo siempre la esperaba a su primer orgasmo y le dejaba margen para que ella lo manejara a su placer. Después de todo, con lo mucho que me hacía disfrutar, tenía su premio más que merecido. Ella tampoco tenía que decirme lo que sentía. Yo conocía el significado de cada uno de sus gemidos, la intensidad de sus jadeos y lo que pasaba en su interior desde que comenzaban sus convulsiones hasta que se iban diluyendo. En solo tres meses nos conocíamos perfectamente y aprendimos a complementarnos en el sexo, como amantes de toda una vida. Una vez alcanzado su clímax cambiamos de posición y yo fui sobre ella. El colchón de alta densidad la sostenía con firmeza y a mí me permitía sentir todo su esplendoroso cuerpo bajo el mío. Nuestros brazos estirados terminaban en manos entrelazadas que aferraban por fuera, la excitante unión que se producía por dentro. Nuestras bocas se fusionaban en el húmedo fuego de una pasión que se regocijaba en el descontrol de nuestra química hormonal. Mi lengua solo salía de su boca para descender a su cuello, que generosamente me ofrecía reclinando su cabeza hacia atrás sobre una ...
    ... almohada que se impregnaba de la tersura de su cabello. Sus gemidos de hembra dulce y vulnerable se mezclaban con la música cargada de erotismo y la realzaba de tal manera que mi excitación aumentaba, llevándome a acelerar mi ritmo. Cuando sus jadeos se intensificaban al punto de entrecortase, era mi señal de los últimos cien metros y como el buen jinete guía a su potranca, yo la llevaba a mi ritmo para llegar juntos a una intensa culminación que nos unía aún más, si es que esto era posible. Acabado un nuevo momento de intenso placer y tras retirar el condón cargado de mi semen, me tendí sobre ella para seguir disfrutándola por varios minutos durante los cuales nuestros besos eran el lenguaje para comunicarnos la satisfacción que nos embargaba. Más tarde me apeteció una taza de café y algo liviano para merendar, de modo que le pedí que me acompañara a la cocina. A diferencia de otras ocasiones yo preparé todo mientras ella simplemente observaba. Su cuerpo desnudo me deleitaba tanto que me resultaba difícil concentrarme en la simple tarea de servir un tazón, pero lo logré y puse todo en una bandeja. Ella se sorprendió de que no le ordenara servir la mesa y simplemente me siguió al comedor cuando yo cargué todo y lo llevé. Al sentarme en mi silla esperó mi orden con un dejo de confusión, pues yo había servido solo un tazón lleno y había preparado un único sándwich grande. Entonces le di su orden: - Siéntate en mi regazo. Ella obedeció y delicadamente posó sus tibias nalgas sobre mí y ...
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