1. Adela


    Fecha: 19/05/2018, Categorías: Gays Autor: bimont, Fuente: CuentoRelatos

    ... ojos se desviaron a la generosidad del escote.
    
    —Espero que te guste, cargaditos y con mucho hielo —Dijo con una sonrisa tomó asiento en un sillón delante de mí, sorbió un poco de la copa y recostándose cruzo las piernas.
    
    —Umm está en su punto.
    
    —Tomé un trago, está cargadito pero muy bueno.
    
    —Gracias me alegro que te guste.
    
    —Cuál es el motivo de tu cambio de piso —empecé para entablar la conversación.
    
    Siguieron preguntas del trabajo y de mis estudios. Al unísono tomamos un trago, al incorporarse, me ofreció una nueva exposición de la comisura de sus pechos y al acomodarse de nuevo en el sillón, con el abrir y cerrar de piernas pude apreciar perfectamente unos muslos generosos, las medias no llegaban hasta el final pues vi el color de la piel entre ellos y al fondo el color negro de la tela de sus bragas. Se hizo un silencio, yo en aquel momento solo tenía en mi cabeza la visión de sus pechos y sus muslos, no sé qué cara tendría, seguro que ella no rompía el silencio porqué se sentía alagada por mi cara de embobada, al final tuvo que hacer un suave ruido con su garganta, entonces la miré a los ojos, de repente me puse roja como un tomate, me sentía incomoda, pensé que haría algún tipo de comentario, pero no fue así, se limitó a sonreír.
    
    Mientras hablábamos, descruzaba las piernas lentamente, asegurándose de darme una buena visión. La voz de Adela sonó mientras montaba su espectáculo.
    
    —¿Estás bien? —sonrió.
    
    —Um, uh, sí estoy bien. ¿Por qué ...
    ... preguntas?
    
    —Oh, pareces bastante distraída. Como si tuvieras problemas para concentrarte en nuestra conversación —Descruzó las piernas, deslizándose hacia atrás, un poco en el asiento y las dejó todo lo separadas que le permitían la falda.
    
    —No sé de lo que estás hablando.
    
    —Creo que lo sabes. Desde que hemos entrado, me estas observando con una mirada.
    
    —Perdona Adela, yo...
    
    —Me has estado mirando fijamente las piernas. Al menos cuando no estabas hablando.
    
    Sonrojándome, solo pude mascullar. —Oh Dios.
    
    —Está bien. Esta sesión ha terminado. Ahora veras lo que quieres —Se levantó y subiéndose la falda, me mostró por completo sus piernas, unas medias liguero dejando al descubierto parte de sus muslos y una ajustada braga de encaje negro. La elegancia y el erotismo unidos.
    
    —No... quiero decir...
    
    —Deja de pensar, no, no, no... —Mientras sonreía
    
    —No me gustaría...
    
    —Sé lo que quieres y al igual tengo lo que necesitas.
    
    —No entiendo...
    
    —¿Te gustan mis medias? ¿Mis piernas? pues adelante.
    
    —No puedo... no soy una...
    
    —Tú puedes y lo harás. No sé si eres, pero lo estas deseando.
    
    —Adela, no...
    
    —Nora, si —mientras señalándome con el dedo.
    
    —Ponte de rodillas, ahora mi deseo es que me pases la lengua por cada centímetro de mis piernas. Levantó una pierna apoyándola en el asiento del sillón, yo de rodillas siguiendo sus indicaciones, inclinada lamiéndole desde los tobillos hasta el inicio justo de la ropa de la braga, primero una pierna y después la ...