Miguel, el maduro activo - Relatos Eróticos

Miguel, el maduro activo

... lubricándome el ano, metiendo un dedo en mi interior y moviéndolo en círculos, yo no aguantaba más y le pedí que me follara. Me llevó contra la pared y me apoyé sobre ésta con mis manos, abriendo las piernas y ofreciéndole mi culo para que hiciera con él lo que quisiera. Noté como cogía su durísima polla con la mano y empezó a pasármela por el ano para lubricarlo bien, luego puso la punta de su verga en mi agujero y empezó a metérmela. El gustazo que sentí en todo mi cuerpo cuando Miguel me metió su durísima polla fue indescriptible, mi polla iba a reventar y mi culo se abría de gusto. Me metía la polla hasta los huevos, luego la sacaba y volvía a meterla con tanta fuerza que casi me levantaba del suelo, así estuvo casi cinco minutos sin parar y sucedió lo inevitable, empecé a correrme salvajemente, mi polla se hinchaba y escupía un chorro de semen, se hinchaba y escupía, se hinchaba y escupía, fue la eyaculación más placentera que había experimentado en toda mi vida. Miguel me dio unas cuantas embestidas más y cuando estuvo a punto me sacó la polla del culo e hizo que me arrodillara metiéndome la polla en la boca, me la tragué hasta la garganta y en ese instante empezó a correrse en mi boca, metiendo y sacando su polla como si estuviera fallándomela. Yo sigo llevando una vida hetera y sigo viendo a Miguel pero cuando estoy con él, me convierto en su puta y me encanta.