1. Soy peluquera íntima y caliente


    Fecha: 15/07/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Virg, Fuente: CuentoRelatos

    ... que sin volverme loca tampoco me desagradó.
    
    Quise limpiar lo que parecían gotitas de jabón en la punta de su polla, pero al dar dos veces con la toalla comprobé que ese líquido brotaba de esa polla, ¡Justo después!, soltó un chorro que se estrelló en mi cara. ¡Qué asco sentí!, me limpie, me despedí hasta otro día y me marche, ya en la puerta noté el sabor de unas gotas que entraron en mi boca, "estaban dulces", pero deseé que no salieran más trabajos de hombres, me gustan las mujeres y disfruto más trabajando.
    
    CUARTA EXPERIENCIA:
    
    Verónica 40 soltera.
    
    Entré en el piso con mi bolsa de trabajo, un joven con corbata me acompañó al despacho de ella, al llegar ella me saludó, y le dijo a el:
    
    —Miguel por favor atiende las llamadas y que no me molesten hasta que te avise.
    
    Verónica llevaba un traje de chaqueta gris claro con la falda muy apretada, tanto que dejaba ver si perfecto culo y su cintura estrecha, y guapa de cara, ¡estaba buenísima!, se bajó la falda y después un tanga blanco y los dejó en la mesa, después me indicó un sofá, allí extendí mi manta impermeable, ella se sentó encima, llevando puesta la blusa y la chaqueta, con su pelo recogido en un lindo moño.
    
    Al sentarse en el sofá alzó las piernas y apoyó los talones en el filo del sofá, quedando sus rodillas flexionadas, me miró y abrió las piernas como una planta carnívora esperando a su presa, y dejando a la vista aquel precioso coño alargado y peludo, y de un negro tan intenso como el cuerpo de un ...
    ... gatito, en esa postura obscena, me habló así:
    
    Virginia, hazme un buen trabajo, si me dejas contenta te llamara a menudo; y te daré buenas propinas, quiero que me dejes solo una rayita de pelos en el pubis, tan fina como un bastoncillo para los oídos ¡vale chica!
    
    —Vale señora lo haré lo mejor que se.
    
    Comencé recortando pelos puesta de rodillas, delante de ella, sobre una toalla, sus pelos caían sobre esa toalla y sobre mis piernas dobladas, que sabroso se veía ese chocho, yo estaba chorreándome en las bragas; seguí recortado; apuraba los pelos que estaban ya más cortos con esmero, dejando un hilo de pelitos arriba como ella me pidió, al desaparecer los pelos quedó a la vista un bollo perfecto y abultado, con un labio interno asomando.
    
    Lo apreté con una mano para que su ano se viera por debajo, metí en su ano mis tijeras y corte los pocos pelos que tenía, luego fui al lavabo y llené mi cubito con agua caliente, mojé mis manos en él y dando pasadas por su coño con ellas lo humedecí a fondo. Ella dio varios suspiros al sentir el tacto de la piel de mis manos amasando su jugoso bollo de ejecutiva.
    
    Con mi gel especial íntimo me unté las manos, y las restregué una contra otra haciendo espuma, me volví a poner de rodillas sobre la toalla, dejando mis pechos a la altura de su chocho. Comencé a darle pasadas con el jabón por todos los bajos, "estrujando" mucho su abultado coño, también unté el ano.
    
    La cuchilla como una guadaña fue sesgando aquellos restos de pelos y ...