1. Soy peluquera íntima y caliente


    Fecha: 15/07/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Virg, Fuente: CuentoRelatos

    ... túmbese sobre ella y "relájese", que será solo un ratito y con esmero, ¿Cómo lo quiere, rasurado entero o dejo algo de vello?
    
    —Déjamelo con un triangulito, pero pequeño, ¿Qué joven eres cuántos años tienes Virginia?
    
    —Tengo veinte años para veintiuno señora.
    
    —Vale bonita, que linda eres.
    
    —Gracias Lola
    
    Comencé a recortar sus pelitos rizados con mis pequeñas tijeras sin punta, para esa faena siempre apoyo las manos en sus "bollos", para mantener el pulso, y de camino palpar esa piel tierna y suave, "pero sin que parezca un magreo", tras el recorte de la selva (ese chocho era el Amazonas) traje agua caliente del aseo, y comencé a enjabonar su chocho y pubis, con gel íntimo para afeitar.
    
    Lo hice con las manos, "como siempre", no me gusta utilizar brochas, con las manos se expande mejor el jabón, aparte del calentón que se lleva mi coño, "que no se me nota nada", porque se disimular, tampoco se me nota que soy lesbiana y eso ayuda.
    
    Después de enjabonarla bien comencé a dar pasadas con la maquinilla de afeitar, enjuagando la hoja en mi cubito pequeño, una de mis manos agarraba su chocho tirado de su gordo bollo a un lado y a otro para facilitar el paso de la cuchilla.
    
    Mis manos rozaron su vagina para apurar los pelos más internos, y ella gimió suave y se corrió entre mis manos; con un brote pequeño de flujo sin hacer aspavientos, "yo hice como no me di cuenta", y aproveché ese líquido para deslizar mejor la hoja. Después…
    
    SEGUNDA EXPERIENCIA:
    
    Clara ...
    ... 33 años divorciada (muy nerviosa).
    
    Clara me mandó un wasap pidiendo detalles, al llegar a su céntrico y elegante piso me llevó a un cuarto con cama alta de masajes, me dijo que la instaló porque un masajista le da un masaje cada semana.
    
    Clara es súper delgada, y musculosa y no para de hablar, "le da corte", su coño es estrecho y duro; "daban ganas de comerlo", con esos pelos casi lacios, y muy suaves.
    
    Durante toda la sesión estuve rozando su ano, con una mano; "como el que no quiere la cosa", después de dejarle una hilera de pelos como la pluma de un gorrión noté como su coño se contrajo y su vientre también, al momento "se corrió", con un gran chorro que se estampó en mi blusa de seda, ¡ufff, nunca había visto "en directo" una de esas corridas!, de las que tanto hablan, y resulta que son ciertas.
    
    Su cara cambio de color y se puso roja como un tomate, y me dijo:
    
    —Virginia perdóname, no sé qué me ha pasado, yo nunca he estado con una mujer y tus manos me han traspasado, lo siento, no digas nada ¿vale?
    
    —Clara yo nunca digo nada y no me molesta, ¡es mi trabajo!
    
    —Gracias te llamare a menudo primor.
    
    TERCERA EXPERIENCIA:
    
    Alba 48, casada, y su marido Juan 53.
    
    Su casa adosada tiene un jardín pequeño pero muy bonito lleno de limoneros y rosales, al llegar me acompañó a un cuarto de estudio y extendí mi manta impermeable sobre un pequeño colchón, ella se tumbó y abrió su bata, llevaba unas bragas negras de encaje, cogí sus bragas por las caderas y se las ...
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