1. EL SUSTO


    Fecha: 17/04/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ayuda.
    
    Pasamos a comer, todos, como si nada hubiese acontecido en la mañana, se hablo de casi todo, porque del acontecimiento nada de nada, cayeron tres botellas de buen Rioja, y entre copa y copa iban navegando las miradas cruzadas, mi mujer muy lejos de haberse sentido cohibida se sentía la reina de la fiesta dedicándoles esa mirada tan cautivadora y felina que tiene, y en cuanto a ellos dos, solo les faltaba babear.
    
    Después de la comida pasamos a la zona aneja, a los sofás, donde mi mujer mientras se exhibía intencionadamente nos fue sirviendo el café y la copa de CARDHU con hielo de la que los cuatro somos “adictos”, y de la que maliciosamente en la botella había colgado el antifaz. Evidentemente el grado de excitación que estaba consiguiendo mi mujercita ya era palpable, tan solo el hecho de encontrarme yo allí no había provocado que saltasen sobre ella, en cuanto a mi, todo aquello me divertía y a la vez también me excitaba.
    
    El punto álgido se desencadeno cuando mi mujer se sentó en la silla frente a nosotros y tras sendos cruces de piernas, pudimos confirmar lo que seguramente todos sospechábamos, dado lo ceñido del vestido. Ha estas alturas íbamos los cuatro más que cargados de alcohol y de deseo, con lo que mi primo le dijo, prima te salvas porque esta aquí mi primo que si no, a lo que mi mujer se sentó entre ellos dos apoyando sus manos sobre las piernas de cada uno de ellos, bien cerca de sus entrepiernas y diciéndoles ¿Qué sino qué me haríais?
    
    Y ahí ...
    ... se desencadenó todo, ellos dos empezaron a besarla y tocarla al unísono y pude comprobar como ella deslizaba sus manos a sus braguetas y donde botón tras botón todos fueron cayendo, con lo que no necesito solicitar ayuda para que ellos se la prestaran, una vez desprovistos de sus ropas le quitaron el vestido a mi mujer confirmando lo que los tres ya habíamos adivinado, ésta era su única barrera, ella cogió el antifaz de la botella y se tapó los ojos con lo que volvíamos a verla como en la cocina.
    
    Seguidamente se situó de rodillas delante de ellos y mientras permanecían sentados empezó a chupársela a Miguel y a meneársela a mi primo, seguidamente cambió y paso a chupársela a mi primo, entonces Miguel se levantó del sofá situándose tras ella y tras erguirla empezó a follársela, y como tantas veces cuando follamos mi mujer empezó a gemir y como tantas veces tuve que poner la música alta para amortiguar el sonido, aunque esta vez me encontraba de espectador y era algo que por extraño que parezca me estaba produciendo morbo, se estaban follando a mi mujer y yo tenía una erección cojonuda, sin haberlo advertido me la estaba meneando como un voyeur.
    
    Nuevamente se produjo otro cambio, ahora a Miguel se la chupaba y mi primo la follaba, aunque no se si ella sabría ya quien era quien, pues sus lindos ojos seguían tapados. Mi primo se tumbo sobre la alfombra y la dirigió para que lo montase a horcajadas, y vaya manera de montar, parecía ir al galope despegando su culo de la silla, ...