1. EL SUSTO


    Fecha: 17/04/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    EL SUSTO
    
    Hay veces en que las personas nos vemos en situaciones que han sido planificadas detalladamente, en las que se han invertido muchas horas en conseguir este o aquel plan y por fin lo puedes poner en escena, y otras veces, a pesar de haber soñado infinidad de veces con algo, no sabes cómo llegar a inducirlo.
    
    Lo cierto es que existen veces en que es el destino el que nos conduce a algunas de las situaciones próximas a las soñadas y de las que te hubiera gustado haber planificado, y todo por sentirte el director, el controlador de la situación y de las personas, y más cuando a lo largo de la vida te has dedicado ha observar y analizar los sentimientos, las reacciones, movimientos, gestos y comentarios de unas personas respecto de las otras.
    
    Corría el verano del 2008, no recuerdo el día, tan solo se que esa semana mi mujer y yo habíamos entrado en una vorágine de sexo, cada día intentábamos superarnos, íbamos añadiendo más salsa picante a cada polvo, se trataba de sorprender al contrincante, desde usar todo tipo de material fantasioso y útiles sexuales, hasta proponer practicarlo en lugares de lo más insólitos. Todos los días había alguna sorpresa que se escenificaba después de la cena.
    
    Andaba yo por la estación de autobuses, ensimismado en aquellos pensamientos de cómo, cuándo y de qué manera podría sorprenderla cuando me saco de los mismos una voz que clamaba mi nombre, era mi primo y su amigo Miguel, que casualmente acababan de llegar a la ciudad, tras los ...
    ... saludos pertinentes y dada la hora que era, cercana ya al mediodía y la proximidad de mi casa les invite a que pasasen a saludar a mi mujer y seguidamente prepararíamos algo para comer.
    
    Evidentemente aceptaron encantados, no por la comida sino por verla a ella, pues hacía ya mucho tiempo que tanto mi mujer como yo nos dábamos cuenta de la fascinación con que la miraban, del modo que hablaban con ella y de ella, en una palabra la deseaban. A saber el incontable número de eyaculaciones que habrán alcanzado imaginando encuentros con ella.
    
    Por otro lado a mi mujer le encanta sentirse deseada por los hombres, siempre está picando con la mirada a todo aquel que la mira, y esto la divierte, por lo que pensé que no le importaría el que los hubiese invitado, sino que más bien, mientras comiésemos seguro que jugaría con ellos, es decir los picaría un poco.
    
    Cuando llegamos a casa, antes de entrar, como siempre ya se escuchaba la música disco, señal inequívoca de su gran volumen dentro de la cocina, les indique que pasasen e iríamos a darle un pequeño susto, pues estaría en la cocina ultimando la comida, y eso si lo tiene, aunque sabe de mi puntualidad a la hora de llegar para comer, casi siempre cuando accedo de pronto a la cocina, sin avisarle, logro sacarle un grito.
    
    Les indique a ellos que pasasen primero con lo que el susto sería mayúsculo y así lo hicieron, pero no hubo grito alguno, con lo que me asome al interior y hay estaban los dos petrificados por lo que veían, se ...
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