1. El amo de Silvia (Parte 1): El primer castigo


    Fecha: 28/02/2018, Categorías: Gays Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... sus marcadas caderas.
    
    Noté a simple vista que esa chica tenía demasiados complejos con su propio cuerpo, y esa percepción aumentó cuando entablamos la primera charla.
    
    La joven se notaba nerviosa, apretando inconscientemente los nudillos transpirados de sus manos, con la vista perdida en el suelo, con un tono de voz apenas audible.
    
    Capté que ella era lo que necesitaba, una chica insegura de sí misma, dócil, sumisa, alguien a quien doblegar con facilidad, alguien que no se transformara en otro problema.
    
    Silvia empezó a trabajar conmigo en la pequeña oficina, y discretamente perdía mi tiempo observándola, trabajaba y organizaba mis cosas con la precisión de un relojito suizo, y era admirable su dedicación, ni mencionar su excesivo respeto, jamás me miraba a los ojos, y jamás me llamaba por mi nombre, Rogelio, es más, jamás me tuteaba, siempre se dirigía a mi como señor Heller.
    
    Y tanta sumisión de su parte, tan natural, tan de ella, solo hizo crecer dentro de mí un papel superior, como hombre mayor, como jefe, como todo…
    
    Esa mañana, estuve una hora observándola, di el primer paso, hice una llamada telefónica, y luego la hice venir a mi oficina para decirle al tiempo que le daba una tarjeta personal
    
    Silvia, toma… ve esta tarjeta, quiero que vayas y le dices que yo te envié, yo ya hablé con ellos, tienen varios uniformes de secretaria que te sentarán muy bien, quiero darle mejor presentación a la oficina, si?
    
    Ella tomó la tarjeta y asintió con la cabeza ...
    ... sin siquiera mirarme, volvió una hora después con un par de bolsas, pero debí esperar al día siguiente…
    
    Fui temprano, ella llegó rato después, lucía el nuevo conjunto, como luciría cada día en adelante, camisa verde agua, con chaqueta verde oscuro, pollera negra ajustada a media pierna que le hacía un culo enorme, medias de nylon negra y zapatos tacos altos al mismo tono. La miré con detenimiento y ella se quedó petrificada ante mi indiscreta mirada, noté el nerviosismo en sus gestos, tirando insistentemente su pollera hacia abajo, como queriendo ocultar lo poco que enseñaba de sus muslos.
    
    Le dije que estaba muy bonita, aunque en verdad solo sabía que había avanzado un casillero en el juego que sin querer estábamos jugando.
    
    Ella pronto se acostumbró al nuevo uniforme y yo empecé a disfrutar poco a poco de sus curvas…
    
    Meses después sucedería algo imprevisto, su primer error, por la noche me llamó mi ex esposa con severas recriminaciones, me insultó de arriba abajo, hacía tres días que tenía que haberle girado la mensualidad pactada y no había nada…
    
    Ese, era trabajo de Silvia, y Silvia pagaría los platos rotos…
    
    Al día siguiente la llamé a mi despacho, urgente… yo estaba sentado y ella parada al otro lado del escritorio, con sus dedos entrecruzados y la mirada perdida, levanté la voz y la increpé, ella no contestaba nada, sus labios estaban sellados, solo una lágrima rodo por sus mejillas, me incorporé y comencé a caminar en derredor, en círculos, pasando una y ...