1. El amo de Silvia (Parte 1): El primer castigo


    Fecha: 28/02/2018, Categorías: Gays Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    Promediando mi cuarta década me encontraba en la peor situación de mi vida, el divorcio de mi esposa era devastador, peleas diarias, abogados, trámites…
    
    Luego de un matrimonio de fantasías, plagado de engaños, mentiras e infidelidades, la que alguna vez había sido el amor de mi vida se había transformado en mi peor enemiga.
    
    Lorena parecía empeñada en sacarme hasta el último centavo de mi vida, parecía dispuesta a destruirme, a humillarme, a verme revolcado en el fango.
    
    Mis desfiles por tribunales eran moneda corriente, y no era solo por dinero, Lorena me pegaba donde más me dolía, el tema no solo era monetario, ella estaba decidida a separarme de nuestros hijos, como si no tuvieran padre, les llenaba la cabeza, y siempre tenía excusas para no cumplir con las visitas pactadas.
    
    El trabajo no iba mejor, tener la representación local de una reconocida marca de implementos industriales no es tarea fácil, no era es solo firmar un papelito de representación, sino que exigen cupos mínimos de ventas, te hacen un balance mensual, y si no llegas al mínimo, hay dos caminos, o sale el dinero de tu bolsillo o ya no sos representante.
    
    Y el país estaba difícil, no se vendía un clavo, y solo prolongaba la agonía, solo hacía un pozo para tapar otro pozo…
    
    Y para completar la situación, mi padre había fallecido, mi madre había entrado en un pozo depresivo y yo era su único sostén, mi hermana mayor vivía en Europa y poco podía hacer a la distancia.
    
    Mi madre se había puesto ...
    ... en exceso demandante y me asfixiaba, hasta sentí una comodidad es su eterno papel de víctima.
    
    La frutilla del postre, mi fiel secretaria de años me terminaba de presentar su renuncia ya que iba a iniciar un emprendimiento personal…
    
    Estaba devastado, no me alcanzaban las horas del día para arreglar mis problemas, de hecho, por cada solución que encontraba me aparecían dos problemas nuevos…
    
    Fue cuando recurrí a un amigo, él tenía una agencia de empleos temporarios, le dije que me enviara alguna chica jovencita, soltera, sin hijos, sin demasiadas pretensiones y con flexibilidad horaria, no podía pagar un gran sueldo y no podía complicarme con esposos ni con hijos…
    
    Necesitaba alguien que pudiera un poco organizar mi agenda diaria, arreglar mis horarios, alertarme sobre qué cosa debía hacer cada día y si era necesario, hasta decirme que color de slip tenía que usar…
    
    Esa mañana acudieron seis chicas, Silvia no era la más bonita, tampoco la más fea, pero me bastaron unas palabras para saber que era la indicada…
    
    Tenía veinte años en ese momento, de rostro aniñado, mirada inocente que escondía tras unos grandes lentes de aumento, cabello corto a la nuca, es más, de nuca rapada, bastante alta, noté que lucía un sostén armado para dar mejor imagen de sus pequeños pechos, y también que su camisa holgada intentaba disimular uno incipientes rollitos en su barriga, también un pantalón negro tradicional, con el que trataba de armonizar su exagerado trasero fuera de línea y ...
«1234»