Pregunta Comprometida 5 - Relatos Eróticos

Pregunta Comprometida 5

... daño…» «¡No jamás! ¿Cómo le voy a hacer daño? ¡Nunca! No… sé cómo decirlo… para que usted no lo mal interprete. ¡Yo la quiero mucho a Micaela!» «Estoy segura que sí. Sin duda, es una nena que se hace querer. ¡Jajaja! Decime la verdad… ¿vos le sacaste la bombacha?» Tenía su nariz casi pegada a la mía… ¡y el escote bajo mis ojos! ¡Qué tetas, Dios! Seguro que sabe que yo bajaba la vista para vérselas. «Bueno…, no… Es que estábamos… jugando, y a ella le agarró ganas de ir al baño…» «¿A que jugaban?» «Bueno… jugábamos…» «¡Jajaja! ¿Le metiste tu pistolín en la cola, no?» «¡No, no! ¡Nunca! Es… que…, no sé cómo decirle.» «¡No te asustés! ¡No pasa nada! ¿La besaste?» «Y…si…, algunos besitos le di…» «Digo…, si le besaste… la “cachuchita”…» «Es… bueno…» «¡Jajaja! No hay problema. Yo sé lo que es eso. ¿Es rica? ¿Te gusta?» Justo le estaba mirando las tetas… Eran tan duras que no necesitaba corpiño… ¡y los pezones durísimos!» Yo no sabía por entonces que eso significaba que estaba “caliente”. «Si, si, muy rica.» Yo pensaba en la conchita de Micaela y en las tetas de la mamá. Denisse me hablaba en el oído. «¿Y la colita? ¿La escupías?» «No. Me parece feo eso.» Me sentía más tranquilo. «La mojaba bien con saliva, con la lengua y los labios.» «¿Le besaste el botoncito? ¿Viste? Esa cosita que está arriba, donde empieza la conchita.» «Si…, un poquito.» «¿Dónde la ponés? A Mica digo…» «Sobre el tablero.» «¿Temblaba?» «Siiii…, bueno… Tuvo un sacudón. Ella creyó que se orinaba…» «¡Ja! ...

... ¡Pobrecita! ¿La chupaste cuando acabó?» «Puse la boca. La dejé bien limpita.» «¿Te gustó?» «¡Muchísimo! ¡Pero no le metí nada!» «¿Le enseñaste a masturbarse?» «Me da vergüenza… decirle.» «No tengás miedo. Te prometo que no le diré nada, ni le prohibiré que venga a “jugar” ¡Jajaja!» «Es que…, tenía la idea de enseñarle a masturbarme… a mí…, pero no a que se masturbe ella, porque puede hacerse daño.» «Me alegro que seas cuidadoso…, y que te guste mucho. Quisiera saber que tan bien lo hacés…, porque ella viene muy contenta a casa…» «¿Cómo? No sé cómo puede saberlo…, a menos que le pregunte a Mica…» «No tengás miedo. No le voy a preguntar. Un día… en que por alguna razón esté sola, te aviso… y… venís a casa a demostrarme como lo hacés…» «¿Delante suyo?» «No soncito… ¡A mí me lo vas a hacer!» ¡Casi me caigo de culo! Denisse largó la carcajada y se fue.

-¡Genial la mamita! Lo tenía totalmente claro. – Laura me daba una opinión de la cual, por supuesto, por entonces yo no tenía la menor idea… - Y ahora entiendo porque tenía los pezones duros. ¡Estaba excitada! ¡Lo estaba por vos!
-¿Por mí?
-Claro sonso. Por lo que hacías con Mica. Por lo que ella misma te decía. Por eso te apoyó las tetas…, y por eso se colocó para que le puedas ver bien las tetas. ¡Quería excitarte también a vos! Sabía que por más que lo intentara, no podría evitar que ustedes “jugaran”…, y podrías hacerle daño…, y pondría muy triste a la nena.
-Si, es notable. En ese entonces yo creía que todo era una broma que me ...