1. Soy Camila y ella es mi mamá.


    Fecha: 13/09/2021, Categorías: Primera Vez Tus Relatos Autor: DonHistoriador, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... ahí lo dejó.
    El negro acariciaba mis pechos y todo lo que podía. Tras un minutos el hombre siguió entrando, pensé que nunca iba a llegar a meterla toda, pero lo hizo. Yo lo sentía en mi estómago y cada vez que latía. Estaba conociendo las cosas malas del mundo, aunque no empezaban a sentirse tan mal.
    
    No tardó mucho en darme caña. Empezó a moverse de atrás hacia adelante, bombeandome suave, pero con fuerza, para finalmente darme con toda la fuerza que le permitía la posición. Yo resistía todo lo que podía, aunque se me escapaban muchos quejidos. Mi culito estaba expuesto, mientras mi conchita era maltratada. El negro aprovechó para ensalivar un dedo e ir colándolo en mi agujerito posterior. Jugó tanto que ya entraban tres dedos, y vaya que sus dedos parecían pepinos. 
    Se sorprendieron mucho y el viejo comentaba:
    
    -Esta chiquilla sí que dilata bastante, mira como le entra todo. 
    
    EL negro respondió, pero no le entendí.
    Tras un buen rato de bombeo, el viejo me cambió de posición. Me llevó a un asiento amplio que ahí había y se sentó, en ningún momento me soltó, jalándome con una mano desde el culo y haciéndome sentar sobre él. Acomodó su pene y nuevamente a darle. Sabía que no debía darle contradicciones al brujo, pero esto era coger, follar, tener sexo y yo no había sido advertida, a mí no me podían engañar. Pero los notaba tan concentrados que quizás sí era algo especial. EL negro se acomodó detrás para seguir a lo suyo.
    
    Era increíble que pudiera pensar todo eso ...
    ... mientras tenía la panocha rellena del pene del viejo brujo que no paraba de moverse y los dedos de su aprendiz en mi culo. Al parecer en un punto el viejo se cansó, y qué tranquilidad sentí porque ya no resistía más, estaba que me derretía tras orgasmos que ni de lejos había sentido antes con mis dedos. Me dejó a un lado. Ya no sentía mis piernas por estar rebotando. 
    
    Estaba ida, la manera en que ese viejo me había tratado no era normal, al menos eso creía, hasta que el negro me tomó en brazos y me cargó manteniendo mis piernas separadas. Me levantó y abrazándome me hizo sentar sobre una barra que no podía creer que existiera algo así. Tranquilamente eso podía servirme de asiento por su dureza y tamaño. Él no se quedó tranquilo con eso y me levantó tanto como para poder llegar a poner la punta de ESO que tenía en mi entrada. Yo lo miraba y le hacía un no con la cabeza, pero él sabía que lo iba a hacer y yo también. 
    
    Cuando siento que unas manos me tocan los labios vaginales me sobresaltó haciendo que esa verga entre un poco. Era la señora que había entrado. Yo que siempre me había cuidado y mi privacidad lo mantenía como algo sagrado, para estas alturas ya no significaba nada. La mujer sostuvo el pene del tipo y tiró de mí hacia abajo. 
    
    El dolor que sentí era indescriptible que pegue un verdadero grito interrumpido por la señora que me calló con su mano y me susurró:
    
    -Niña, solo ha entrado la mitad, relájate, sino no entrará todo. 
    
    Mi cara de terror no podía ser ...
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