1. Seducida en el súper


    Fecha: 29/01/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... cafetería que hay en este mismo lugar…
    
    La insistencia no le dejó resquicio, o no quiso, para rechazar la invitación a compartir la negra infusión. Como solo tenía un producto me coloqué en la fila de “los cinco productos” ella demoró un poco más para abonar sus compras, tan pronto llegó fui a la barra por dos expresos.
    
    - Y las compras?
    
    - Ah, las llevé al estacionamiento, las dejé en el auto.
    
    El primer paso estaba dado, venir era la muestra de que tenía disponibilidad para perder algo de tiempo, de pronto es como si se abriera el cofre de los deseos, alineados los planetas, de tal modo que antes de terminarnos el café la charla había entrado en los carriles de la situación familiar. Que estaba recientemente separado por la infidelidad de mi pareja, este antecedente es algo que siempre da rédito, pero solo así muy por encima, lo importante es escucharla, prestarle la oreja para que sea ella quien aporte los puntos débiles para encontrar el flanco por donde avanzarla.
    
    Ella, diez años de casada, dos hijos, hasta las 2 pm en la escuela, un marido ocupado de su negocio, dejando las obligaciones conyugales en un segundo plano, casi era más importante ir al fútbol y compartir algunas infidelidades acompañado de sus amigos que dedicarle más tiempo a ella. Decía, con resignación, que cada día estaba más en el rol de esposa que de su mujer, entendía y comprendía las sutilezas de nombrar los roles, el eufemismo hablaba por sí solo de la poca atención dispensada a la ...
    ... mujer. Ahora sentía que este desliz era devolverle un poco de su propia medicina.
    
    Me había servido en bandeja el flanco débil de la relación, la falta de atención y satisfacción era su parte vulnerable, el lugar donde lanzar el ataque y de un solo intento para no darle espacio a pensarlo, que ese argumento fuera la excusa propiciatoria de la infidelidad que estaba a punto de permitirse.
    
    Era el ahora o nunca, dejé el importe debajo de los platillos, sin decir nada la tomé de la mano y salimos del local, llegamos al estacionamiento, hice como que pensaba qué hacer, pero lo tenía todo “fríamente calculado”.
    
    - Vamos en el mío, no sería bueno que te vean… yo te regreso luego a buscar el tuyo.
    
    No dijo nada, solo se dejó llevar, subió al mío, antes de abandonar el estacionamiento se había
    
    Cubierto la cabeza con un pañuelo y anteojos oscuros, un clásico de la infiel va al hotel con su amante. Tomé del vaso de whisky un trozo de hielo entre mis dedos, rodeo y foto el pezón, erizado por efecto del frío dio un salto de calidad en la excitación, los gemidos florecen con la pasión.
    
    Quedó tocándose los pechos, las piernas cruzadas esconden la raja, totalmente depilada, con pequeños labios, carnosos y abultados, que la hacían parecer más juvenil.
    
    Se dejó besar y correspondió con la misma pasión, de pronto sentía que podía sentirse la mejor amante, generosa en la entrega y extrovertida en la manifestación, quiere y está dispuesta a todo, y cuando dijo TODO, lo decía con ...
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