1. Mi hermana Julia - 4 -


    Fecha: 26/01/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... posición casi sentada. Me parece muy bien que no las necesites pero ¿por qué me lo cuentas? ¿Ya no quieres que te las dé? - No. No es eso, exactamente; sólo que me estoy preguntando cada día por qué hacemos esto. - Que por qué hacemos ¿Qué? ¿Masturbarnos? - ¡Claro!, a eso me refiero. Por qué razón tengo que estar como un imbécil espiando tus gemidos desde mi habitación para poder hacerme una paja, mientras tú haces lo mismo en tu cama, quizás pensando en mi polla soltando leche. ¿Por qué coño no lo hacemos los dos juntos? Quiero decir: en tu cuarto o en el mío, pero sin tabique de por medio. - ¡Oye!… ¡tú!. ¿a ti quién te ha dicho que estoy pensando en tu polla mientras me masturbo? ¡Eso no es cierto!… yo, yo… pienso en Manolo y en los ratos tan buenos que paso con él, ¡Pero no en ti! ¡Faltaría más! - Perdona, pero eso no me lo creo, Julia. Aquel día, en el baño, estabas cachondísima con la escena de mi corrida; no lo niegues. Vi perfectamente cómo devorabas mi polla con los ojos; además estuviste tocándote el coño… ¡te lo estuviste frotando mientras yo me corría! Y sé que luego te metiste en tu habitación a hacerte una paja. Y no me vengas con el cuento de que te la hiciste pensando en Manolo. Eso no cuela, Julia. No cuela. - Bueno… aquel día no… pero eso fue diferente… además, ¿esto a qué viene?… a dónde quieres ir a parar. - Viene a cuento de que ¡Quiero verte, Julia! - ¿Verme?… ¿Ver cómo me hago una paja? ¡Ah no! Luis, ¡eso sí que no!… ya te lo dije. - ¿Por qué no? Julia. ...
    ... Eso es lo que no puedo llegar a entender. Tú me viste y te lo pasaste muy bien; no lo niegues; sin embargo, yo tengo que oírte cada mañana cómo jadeas cuando te masturbas y conformarme con tus bragas mojadas. Eso no es justo. Y ¡eso es una provocación, Julia! Yo también tengo derecho a ver cómo te lo haces. No me lo puedes negar, Julia. Creo que tengo algún derecho a verte hacerlo. - Luis. Estoy cumpliendo lo que me pediste. Eso no es ni más ni menos que lo que tú querías ¿no? Que te diera mis bragas mojadas. Y es lo que hago. - Sí, claro que lo es. Pero eso fue antes de que tú me vieras masturbarme. Aquel día todo cambió, Julia. Lo que no entiendo es que no permitas que yo te vea masturbarte. Es incompresible para mí. Lo siento, pero es que no lo puedo comprender. - Lo comprendas o no; no pienso pasar de ahí, Luis. Lo tomas o lo dejas. No tienes otra opción. - No te pongas a la defensiva, Julia. Ya te voy conociendo. - Qué coño me vas a conocer. Si eres un crío. - No me ofendo, Julia. Soy un crío en edad, pero te quiero muchísimo, y más aún después de lo que me confesaste. Me siento mucho más unido a ti, Julia. Y seré un crío, pero, y no es por presumir, tengo una polla que te vuelve loca. Lo sé Julia. Escúchame: te masturbas cada mañana pensando en mi polla y te da lo mismo que te oiga, te da lo mismo que me corra con tus bragas y hasta aceptaste verme el otro día en el cuarto de baño. Te pareció estupendo, ¡me lo dijiste! Julia. Lo dijiste. - Aquel día estaba trastornada. ...