Por 200 pesos - Relatos Eróticos

Por 200 pesos

... inmediatamente obedeció. Seguí con un ritmo lento que poco a poco fui acelerando y al mismo tiempo profundizaba en su boca hasta que llegó el momento que, al sentir el miembro tocar su garganta se resistió en seco. Saqué mi verga mientras ella daba una pequeña arcada, colocó sus manos en mis piernas alejando su cuerpo de mío, La dejé moverse quitando mi mano de su cabeza.

Fue entonces que noté su rostro cubierto de lágrimas y sus manos fuertemente apoyadas en mis muslos con una leve intención de no continuar. La tomé tiernamente de las mejillas hasta que lentamente abrió sus ojos buscando los míos y le dije: "Tranquila amor, en dos minutos va a terminar todo. Esto es lo más normal del mundo, piensa que lo haces por tus hijos. Al final vas a ver que te va a gustar". Si tuviera que adivinar me atrevería a decir que las palabras: AMOR, TERMINAR, NORMAL, HIJOS, FINAL y  GUSTAR, deben de haber explotado en su cabeza. Enmarañando sus ideas, nublando su entendimiento para; al final; darle un instante de claridad. Nuevamente cerró sus ojos y se dejó llevar por mis manos. Nuevamente introdujo su verga en su pequeña boca, esta vez no la guie, ella sola fue marcando el compás. Una de sus manos tomo la base de mi miembro y lo meneaba con pequeños pero rápidos movimientos. Exclamé un sonoro gemido, eso pareció darle una extraña confianza, ya que a los movimientos de su mano se sumó el jugueteó de su lengua y labios en mi glande acelerando el ritmo de una manera deliciosa. Yo ...

... expresaba abiertamente mi satisfacción: "Así amor, sigue reina, no pares".

Mis gemidos fueron creciendo en intensidad y ritmo, la velocidad, la presión y el jugueteo que estaba aplicando con su boca y mano eran justamente las necesarias para rápidamente llevarme al orgasmo. Y aunque ella parecía entenderlo perfectamente abría sus ojos de manera exagerada, creo yo, de una manera suplicante, esperando que no fuera a terminar en su boca. Quité lentamente con mi pulgar los cabellos que ahora cubrían parte de su rostro y le dije: "No te preocupes, HOY no voy a terminar dentro de tu boca". En su cara pude ver esa confusión entre la tranquilidad de que no tendría mi semen dentro de ella y el velado anuncio de que ésta no sería la única vez que estaría conmigo.

En un claro intento por terminar con aquella situación incremento el ritmo, aumento la presión de sus labios sobre mi verga, chasqueaba su lengua contra la punta de mi glande. Mis gemidos aumentaban en frecuencia e intensidad Me estaba llevando a un delicioso orgasmo. Ella buscaba mis ojos con los suyos como implorando el cumplimiento de mi promesa. Cuando ya no pude resistir más le dije: "Cierra tus ojos". Saqué mi verga de su boca y de inmediato una explosión de semen en chorros rítmicos empezó a cubrir su cara con el ruido de fondo de mis fuertes gemidos. El primer trayazo pego justo a la altura de sus ojos que estaban apretados fuertemente, lo que hizo que instintivamente intentara dar un salto hacia atrás, pero como ...