1. La fuerza del deseo. (Madre copular con su hijo)


    Fecha: 18/07/2021, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Katu, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    He deseado tener un hombre para compartir mi intimidad, finalmente es mi hijo a quien le entrego todo.
    
    Soy una mujer de 45 años, y tuve a mi hijo Arturo cuando tenía 25. Mi vida fue bastante complicada, ya que vivía en un pueblo alejado y las costumbres de la época demandaban que una se mantuviera virgen hasta el matrimonio, que no fuera así era todo un problema, pero nada comparado con quedar embarazada sin estar casada. Y eso fue lo que me pasó. Además ya chicas se casaban bien jóvenes y yo ya con 25 estaba pasada, así que decidí tener un hijo y asumir las consecuencias del rechazo familiar. Así que busqué un hombre bien guapo y procedí con mi plan. Una vez que quedé preñada, mi familia me echó de la casa y tuve que irme a trabajar a la ciudad. Trabajé en una casa por muchos años, ya que me recibieron con mi hijo y finalmente cuando mi hijo tuvo 20 ya trabajaba y decidimos mudarnos. Alquilamos una casa y conseguimos todo lo necesario de a poco. Yo estaba muy emocionada, porque por fin tendría más libertad y podría hacer mi vida junto a mi gran amor Arturo. El es muy bien parecido y frecuentemente salía con chicas. A mi en realidad no me molestaba, porque en el fondo sabía que era mío, a mi manera. Nunca lo ví con ojos de malicia, pero lo amaba más que nada en el mundo.
    La casa que teníamos era cómoda pero sin lujos. Cada uno tenía su habitación y había un baño compartido. Nunca el me veía desnuda ni yo a él, por lo que la relación era muy respetuosa siempre. Yo jamás ...
    ... tuve otro hombre además de su padre, pero como mujer no podía dejar de tener deseos de que alguien me amara y me penetrara. Todo iba normal, hasta que un día Arturo se metió a bañarse y no llevó paño. Al percatarse me pidió que le llevara uno. Yo abrí la puerta del baño y entré. El estaba en la ducha. Cuando corrió la cortina para recibir el paño, no pude dejar de ver su miembro. Estaba flácido, pero era hermoso y grueso. En ese momento sentí un frio que recorrió mi cuerpo, y sentí como se me humedeció la concha. Me asusté, pero disimulé y salí rápido. El ni lo notó. A partir de ese día esa imagen se me clavó en la mente y no podía sacarla de ahí. Me sentía culpable por desear a mi hijo, pero a la vez no me importaba porque lo amaba y hubiera hecho todo lo que me hubiera pedido. Siempre fui una madre muy consentidora, pero deseaba que me pidiera que quería penetrarme. Por supuesto que yo jamás le diría nada, pero mi mente me torturaba todos los días. El asunto iba para peor. Ahora cuando el volvía del trabajo y lo veía me humedecía toda. Ya no sabía que hacer. En fin la cosa es que me decidí a intentar acercarme a él. Yo sabía que el no tenía deseos por mi, porque salía frecuentemente con alguna chica y supongo que se la cogía. Nunca hablamos de eso. Pues aunque yo le preguntaba cosas, él era muy reservado. Un día que llegó a casa, le dije que se trajera el tele a mi cuarto y que viéramos juntos una película. Se me ocurrió que tal vez así podría tenerlo cerca, aunque sea un ...
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