Con dos amigos - Relatos Eróticos

Con dos amigos

... sodas, ahí empezó la sorpresa.

Después de la primera botella, estábamos algo achispados, Raúl le dijo que el departamento se iba a quedar con todo lo que había dentro, dirigiéndome una mirada, Enrique y yo nos reímos, y Raúl aclaró, no se rían, es cierto, no creo que te vaya a disgustar el cambio, es cuestión de que lo pruebes, es algo que Enrique y yo hemos hecho ya en varias ocasiones, eso me intrigó, y pregunté a qué se refería, Enrique se encargó de responderme, el caso es que en varias ocasiones habían compartido a la misma chica y nunca habían tenido problema con eso.  

Enarqué las cejas, sinceramente no esperaba algo así, aunque reconocí que Enrique, aunque era más bajito que Raúl, era más atractivo.  Raúl, que estaba sentado junto a mi, me abrazó y empezó a besar el cuello, estaba más ebria que ellos y lo dejé hacer, poco a poco sus caricias aumentaron de tono, sentí sus manos en mi pecho, debajo de mi blusa y aumentó mi excitación, desabotonó mi blusa, bajó el bra, dejando mis tetas al aire, para esos momentos ya no me importaba nada, saqué su verga del pantalón y me incliné para meterla en la boca, me hinqué en el sillón, de pronto sentí que Enrique bajaba mi pantalón y colocaba su cara en mis nalgas dando cuenta de mi coño con la lengua, era una sensación nueva que decidí disfrutarla, me vine en su rostro con mucha fuerza, Raúl me tomó de la nuca para impedir que dejara su verga y sentí que Enrique me cogía desde atrás.

Me dejé llevar, decidida a disfrutar ...

... al máximo ese momento y me vine, Enrique explotó dentro de mi con fuerza. Levanté el rostro y me topé con la sonrisa de Raúl quien me ayudó a incorporarme, me sentó sobre sus piernas y me clavé en su verga, ya no sabía de mi, sólo quería disfrutar al máximo, me vine dos veces con la verga de Raúl dentro.

Me recuperé, me percaté que Enrique estaba sentado a un lado, con la verga dispuesta así que me senté en él dispuesta a seguir teniendo orgasmos, aunque su verga no era como la de Raúl tampoco era despreciable, me senté encima de él y me la metí con suavidad, disfrutando cada centímetro, cuando la tuve toda dentro como frenética empecé a mover logrando venirme, puse mi rostro en el pecho de Enrique, me aferró de la cintura, se bajó un poco del sillón logrando meter más su verga en mi y empezó a mover muy rico, de pronto sentí que algo entraba en mi culo, era Raúl, sentía que me partía en dos, su verga era muy grande para entrar en mi culo y estaba entrando, me revolví, grite, pero el abrazo de Enrique y las manos de Raúl en mi espalda me impedían zafarme, era un dolor indescriptible, mis lágrimas brotaron, cada arremetida era un suplicio, al sentir como entraba cada trozo de esa verga sentía que me partía y apretaba el esfínter sin control, cuando estuvo toda dentro, después de un buen rato, Raúl empezó a moverla dentro, la sacaba y volvía a meterla, poco a poco el dolor se convirtió en placer, por primera vez en mi vida tenía dos vergas dentro, me dediqué a disfrutar, me ...