1. El pecado.


    Fecha: 06/05/2021, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... Que, cuando por fin se aquietó, resoplando como cuando acaba de correr un buen tramo, puso su cara en su espalda para ver multiplicado el calor que sentía en la panza por lo que le había echado. Terminó diciéndome que aquello había estado de poca y que ya estaba esperando que le tocara ayudar otra vez.
    Ese relato de “El Grillo” me provocó unas inmensas ganas de orinar y ya me habían salido unas gotas que, luego me di cuenta, eran los inicios de una producción de mecos, (Líquido pre eyaculatorio), acelerados por la actividad sexual que había tenido, tanto con este amigo como con Hilario y rematado con este caliente relato de mi querido “Grillo”. Con lo que ya me había hecho sentir Hilario, estaba más que deseoso que me tocara con el padre, aunque no estaba muy seguro que lo hiciera por tratarse de que yo venía de la ciudad. Pero la moneda ya estaba en el aire, sólo faltaba que cayera para ver que sucedía, en cierta forma era gente importante. Lo cierto era que dos días se me hacía una eternidad para poder probar lo que a mi amigo le había dado nuestro caliente cura.
    Y llegó el día, como perra en brama, desde el Rosario yo ya estaba en la Iglesia, recién bañado y puesta mis mejores trapos, bien presentado y listo para lo que viniera. Luego de ayudar a recoger los bártulos religiosos, junto con el acolito en turno nos dispusimos para ir a cenar. Ricas viandas a base de frijoles refritos, tortillas recién salidas del comal y café de olla, para rematar con un buen jarro de ...
    ... espumoso chocolate sopeado con un doradito virote, manjares que ya saboreados, poco importaba si había algo más o no. Pero todo estaba asegurado, bien alineado en mi vestimenta, oliendo a recién bañado con jabón de olor, no podía pasar desapercibido para el cura, quien también se le notaba la lujuria en su constante mirada que recorría mi cuerpo de pies a cabeza, no podía esconder las ganas de carne nueva que tenía. Luego de cenar, el otro acolito se retiró a su casa y los tres, el padre, la ama de llaves y yo, nos quedamos en la misma cocina para oír la radio, en lo que la señora lavaba los trastes. En ese tiempo no había TV y todos nos entreteníamos oyendo la W por la radio que ya empezaban a funcionar con electricidad, recién introducida en la comunidad.
    En cuanto terminó de sus quehaceres, la señora dispuso que ya era hora de dormir y me llevó a uno de los grandes cuartos de la casona, me indicó que podía dormir en cualquiera de las dos camas que había. Cerré la puerta por dentro según las indicaciones y me dispuse a dormir. Siempre me ha gustado dormir totalmente desnudo y lo hago cuando hay oportunidad, no podía desaprovechar esa oportunidad de hacerlo, me quité toda la ropa, me metí bajo las cobijas y casi de inmediato me quedé dormido. De pronto, sentí que alguien se metía debajo de las cobijas, era el cura que me decía que no me asustara, que todo estaba bien. Del susto pasé al gusto, me quedé quieto y a la expectativa. En seguida me comentó que mi amigo “El Grillo” ya ...
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