Todo va mejor 4 - Relatos Eróticos

Todo va mejor 4

... Mientras mamaba hablaba.- ¿No…mmmmmmmm… se la metiste por el culo?
-Si, pero luego le llené la concha…
-Ah, sí. Me había dicho que hoy podías acabarle… ¡mmmmmmmmmmmmmm…! me contó… - Seguía mamando. 
-¿Y con vos puedo? 
-Seguro, pero primero quiero sentirte acabar en mi culo. Dale. - Antes de que me viniera se paró.
-Dale, métemela por el culo. – Sarita parecía desesperada.
Se inclinó sobre el banco y se levantó la pollera. No veía bien, pero le acaricia el ojete.
-Si, así. Ponele la vaselina. – Me alcanzó un potecito.
-¡¿Trajiste la pomada?!
-Claro. Tuky me dijo que era buena para que “resbalara” mejor. - Se lo unté bien y también en la pija. Sarita seguía inclinada sobre el banco.
-Dale, por favor. ¡Dale! ¡No aguanto más!
Cuando sintió como el glande le abría el ano…, casi aúlla…
-¡No grités! ¡Van a venir los bomberos!
-¡Jajaja! ¡Me gusta! - Yo seguía entrando. ¡Cómo apretaba el recto! - ¡Así! ¡Así! ¡Me gusta mucho!
-¿No te duele?
-No, nada, nada. ¡Seguí… hasta el fondo…! ¡Acabame en el culo! ¡Me dio muchas ganaaaaas! ¡Aaaaahhh… me vieneeeee…!
	Antes de que ella terminara con su orgasmo yo sentí las sacudidas. La pija temblaba como un terremoto…
-¡Si papito! ¡Sí sí! ¡Qué lindo! ¡Cómo me llenaste! ¡Es glorioso! ¡Nunca sentí nada tan rico!
	Suponía, dado lo “sencillo” que había sido romperle el culo a las nenas, que ellas, por su cuenta, cuando estaban juntas, practicaban con algo, cepillos, zanahorias…, lo que sea… Para mí fue mucho más sencillo.
	Y ...

... bueno… Nos sentamos unos minutos. Sari seguía impaciente.
-¿Me acabás en la concha?
-Si. Sentate arriba.
	Sarita se sentó sobre mí, con las piernas recogidas sobre el banco. La penetración fue inmediata. Yo ayudaba sosteniendo sus caderas mientras ella trataba de levantarse y caer. Así algunos minutos, el roce era muy lindo. Sarita me habló al oído: “me viene mi amor”; “a mí también”. Antes de que ella termine su orgasmo, el mismo activo mis ganas… y allí fui… 
¡Aaaahhh! 
Todo va mejor…
 	El sábado siguiente, sorpresivamente, Tuky apareció en el barrio. ¿Qué pasa? ¿Querrá “oficializar” el “noviazgo”?
No era eso. En un momento, se acercó y me hizo señas para apartarme: “el martes Sarita está sola en la casa a las 7…” ¡Listo! Y se fue. ¡Bárbaro! ¡Para el martes! Ese día no tendría clases…
	Esta vez no me esperaron en bombacha y corpiño… ¡estaban totalmente desnudas! Aunque en la penumbra…
-¡Vamos! ¡Rapidito! - ¡A la cama! 
La cama estaba “preparada”. Antes de que me desnudaran ya estaba tirado en la cama y ellas sobre mí, sacándome la ropa. En esta oportunidad fue Sarita la primera de llegar al choto, pero rápidamente se unió Tuky. 
A Sarita, que estaba casi de espaldas, hacia mi cara, la tomé de las caderas y la levanté sobre mi cuerpo. Abrió las piernas sobre mí, pero no dejó de chupar. Tenía frente a mi cara y mis ojos el hermosísimo culo y concha de la nena. ¡A chupar! Levanté la cabeza todo lo que pude, y la acomodé lo más cerca posible. Le pasé la lengua por todo ...