1. Todo va mejor 4


    Fecha: 27/02/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Cuando me fui, Sarita, como siempre, esperaba a la vuelta de la esquina.
    Lo que tenía que pasar, pasaría, no ese miércoles, pero sería pronto. Yo lo sabía.
    -Me dijiste que me ibas a compensar.
    -¡Por supuesto!
    -Bueno, ¡vamos rápido!
    Casi me lleva a la rastra hasta el parque. Estaba bastante ocupado, incluso “nuestro” lugar de los tablones. Sarita me llevaba de un lado para otro, buscando el lugar adecuado. Pasábamos frente a otras parejas que estaban dale que te dale, sin parar, aunque pasáramos nosotros. 
    -Che, que cosa ¡cuántas parejas! 
    -Y bueno… ¡todos quieren coger!
    -¡Jajaja! Por este lado nunca vine. Está la casilla del placero. – Sarita estaba impaciente. Aunque lo pensé no le pregunté con quienes venía. No la iba poner en apuros. ¡Qué me importaba!
    Nos metimos por un hueco, detrás de los ligustros, donde estaba la casilla y extrañamente había un banco de plaza. ¿Qué hacía allí, casi escondido?
    -¡Mirá vos qué bueno! - Sara estaba contenta de haberlo encontrado.
    -Yo creo que el placero puso el banco para tener lo suyo. Seguro que la casilla está llena de cosas de trabajo y no debe de tener ni un metro cuadrado libre.
    -¿Por qué?
    -¡Y claro! ¡Usa el banco para tener donde coger con las chicas que pueda traer!
    -¿Vos te parece?
    -¿Y por qué no?
    -Bueno, aprovechemos. - Sarita rápidamente me bajó los pantalones y el calzoncillo. E inmediatamente comenzó a chupar.
    -¡La tenés hermosa! Tuviste cogiendo con Tuky ¿no?
    -Si. Claro. – No le dije que le había dado ...
    ... por el culo.
    -Si…, me parecía… Tiene su gustito.
    -¿Y vos cómo sabés? – Yo sabía por qué…
    -¿Ehhh? ¡Jajaja! - No quería delatar sus “relaciones” y jueguitos. No importa, mientras les guste.
    -¿Querés que te acabe en la boca?
    -¡Si! ¡Dale, dale!
    La tomé de la cabeza y comencé el mete y saca. ¡La cogía por la boca! Ella hacia arcadas de vez en cuando. 
    -Perdóname, no quiero metértela tanto.
    -Mmmmm no importa mmmmmmm me gusta mmmmm. - Hablaba mientras mamaba.
    Su lengua  y sus labios recorrían todo el tronco, desde la base, deteniéndose especialmente en el glande y el meato. Le gustaba pasármela por el agujerito. A mí también. Sentía como se endurecían los huevos que Sarita acariciaba con sus manos.
    -¡Ahora vaaaaaa!
    -¡Dalemmmm! - Y le mandé fenomenal acabada.
    -¡Uyyyy… que rico! 
    Yo estaba contentísimo. En esa época, y durante varios años más, podía mandarme cinco o seis eyaculaciónes en 15 minutos.
    -Parate sobre el banco. – No era el clásico de madera, sino de cemento, plano, sin respaldo. Sarita se paró allí y metí mi cabeza bajo su pollera para chupar. La nena dobló las rodillas y abrió las piernas todo lo posible.
    Estaba muy humedecida, soberbia. Sarita era hermosa. Nunca pude decir cuál de las dos eran más rica. Por supuesto a cada una de ellas le decía que era la más rica…, cuando estábamos solos.
    Mientras chupaba labios mayores y menores, clítoris y metía la lengua, levanté mis brazos y tomé fuertemente sus tetas. Sarita con una mano me acariciaba el cabello ...
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