1. los blanquísimos jamones 6


    Fecha: 23/02/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... experiencia. – Patri reía.
    -Hay varias. Por ejemplo, una que nosotros usamos hasta el último día antes del parto, es la silla.
    -¿“Nosotros”?
    -Bueno…, sí, mi esposa y yo…
    -Ah…, pícaro, ¡le daban con todo!
    -Por supuesto. Lo recomiendan. El sexo es una “gimnasia” muy útil para aliviar las tensiones del embarazo y estimular la circulación, además de liberar “moléculas de alegría”, que eliminan el estrés y la depresión. Eso dicen los libros…
    -Decime… ¿desde cuándo estabas con tu esposa?
    -Ella tenía 15 y yo 21.
    -¿Y désde entonces cogían?
    -Bueno… no desde el primer día…
    -Si, claro, el segundo…
    -No es para exagerar. ¡Pasó cómo un siglo antes que se la pudiera meter!
    -¿A sí? ¿Cuánto?
    -Cuatro días…
    -¡Qué turro! ¡A los cuatro días de conocerla te cogiste a la nena!
    -Es que apareció la oportunidad…
    -¿Cómo fue?
    -¿Por qué te interesa tanto?
    -No sé. Me gusta oír…
    -…que te cuente “mis aventuras sexuales…”
    -¡Qué sé yo! Sos un tipo tan especial que supongo que todo en tu vida es especial…
    -No es así. Soy de lo más común…, o vulgar…, si querés…
    -No para nada. Decime como fue la oportunidad para cogerte a la nena de quince…
    -¡Qué curiosa! Te cuento… 
    Éramos del mismo barrio, por lo tanto conocía a su familia. Había un movimiento de vecinos que querían hacer de uno de los departamentos que se había desocupado el local de la asociación vecinal. Juntaron plata entre todos y lo compraron. Allí estaban mis padres y los padres de ella. Y los chicos más grandes, como yo y mis ...
    ... amigos, estábamos trabajando para arreglar el dpto..., que estaba bastante maltrecho, para convertirlo en lugar de  reunión y fiestas. Por ese motivo, a mí -que me gustaba todo eso de las construcciones, la arquitectura, la decoración-, el papá de la nena, que trabajaba en el tema, me había pedido que fuera a su casa a ver unos dibujos y fotos de decoraciones que había traído. Y fui. No por la nena. Te lo juro, para nada. Hacía cuatro días que nos habíamos “contactados”, dirían ahora, en el dpto, junto con otras chicas y chicos, para ver como podíamos colaborar, pintando, limpiando, todo eso. ¡Qué querés que te diga! ¡La carne es débil! Cuando la vi me quedé loco. ¡Hermosísima! Una morocha de inmensos ojos café, cutis de seda, tetas para chuparlas toda y… culo de estatua griega… La conocía del barrio, pero siempre la consideré una nena. ¡Nunca la había tenido cerca!
    Es así no más. Sonrisa va, sonrisa viene. Ni siquiera nos tocamos. Pero vos lo sabrás…, cuando se prende la nafta, no hay con que apagarla! 
    Bueno…, cuando fui a su casa para ver lo que había traído el papá y ver que podíamos hacer de lindo en el dpto., ella estaba…, y… sí, era su casa.
    Pero… no sé, nunca lo supe, por supuesto, no iba a preguntar…, pero casualmente, al día siguiente la familia, la familia de ella, tenían una fiesta o reunión familiar por algún acontecimiento. Por supuesto que no me importaba. Escuchaba hablar del tema. Y mamá y papá decidieron ir de compras para la ocasión… 
    -¿Qué querés qué te ...
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