1. los blanquísimos jamones 6


    Fecha: 23/02/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... diga? Le dije al papá: “vengo luego”.
    -No, no hay problema. Quedate, mirá las láminas y fotos y decime que se te ocurre. 
    -Está bien… - ¿Qué iba a decir?
    Y se fueron… Yo…, concentrado en las láminas. 
    Ella me dijo: “podemos ir a dar una vuelta cuando vuelvan… ¿te parece?”
    -Si, claro, cómo no.
    -Bueno, me voy a peinar.
    Y fue al baño… a peinarse.
    -¡Dany! ¿Cómo querés que me peine? ¿Cómo te gusta más? - ¡Y yo qué sé! No lo dije… pero lo pensé.
    -Vení, mirá, te muestro.
    ¿Qué me querrá mostrar? Era el peinado. ¡Para mí todos estaban bien!
    -Sentante ahí y fijate.
    “Ahí” era el inodoro, con la tapa baja. En esa época los asientos y tapas de inodoro eran de madera, bien robustos, no como la mierda de plástico de ahora. Y me senté.
    Ella estaba parada a mi derecha, frente al lavabo, sobre el cual estaba el botiquín y los espejos, los que se giraban para uno u otro lado, y te veías de perfil. Y jugaba con su pelo. Yo no veía que estuviera peinándose nada. Veía solamente su pollerita cortona -como dice el tango-, su blusita suelta, no dentro de la pollera, sino suelta, tan alejada del cuerpo como el tamaño de las tetas la obligaban…, y el culito súper, súper paradito… ¡Me moría!
    -¿Te gusta así? 
    -¿Así qué?
    No daba más. La tomé de la cintura, la hice girar y la atraje hacia mí. Me desabroché el pantalón, saqué la pija, corrí su bombacha… y la senté sobre mí, con sus piernas bien abiertas, todo esto en un segundo y medio. ¡Qué se yo! Ella no ofreció ninguna resistencia y le ...
    ... miré a los ojos cuando se la metía. No reía, no lloraba, solo soñaba… Sus ojos en blanco, sus labios apretados… y su concha ocupada por mi…, y con mis manos bajo la blusa, subiendo el corpiño y tomando sus tetas.
    No fue algo muy romántico…, sobre el inodoro, que va’ser, es lo que hay!
    -¡Jajaja! ¡Y sos un capo cogiendo embarazadas!
    -¡No es para tanto! Solamente tuvimos dos hijos….
    -¿Y a cuántas embarazaditas más les diste, eh? ¡Jajaja!
    -¡Eh, che! ¡Qué yo sepa no tuve más hijos!
    -¿Qué vos sepas? Decime la verdad ¿a cuántas embarazadas más te cogiste para “sacarles la tensión”?
    -Bueno…, no sé… Tal vez cinco…, pero no eran hijos míos, seguro. Chicas “estresadas”, por haber quedado embarazadas… pero por otros…
    -Está bien, está bien, no insisto más… ¿Y cómo es eso de la silla?
    -A “nosotros” nos parecía lo más sencillo. Y se podía hacer en cualquier lado, sin necesidad de cama. Varias veces lo hicimos en el cine. – Habíamos ido caminando hasta el comedor. – Yo sentado en una silla, cualquiera…, pero si era acolchada mejor. Podía no estar desnudo. Con que la pudiera sacar era suficiente, como el caso del inodoro. Y simplemente mi mujer se sentaba encima, de espalda. Tomaba el pene con la mano y se lo clavaba en la vagina o el culo, donde tuviera ganas…
    -¡Bárbaro! Acá tenemos sillas acolchadas… ¡hagamos la prueba!
    Antes que yo dijera nada, Patri ya estaba desabrochándome el cinto. Cuando me bajó el pantalón y el calzoncillo, inmediatamente se agachó y comenzó a mamar. Apenas ...
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