1. El bosque encantado


    Fecha: 04/01/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... fallecido y mis hijos estaban en su propio hogar.
    -Yo vivo con mamá. Mi papá también falleció y no tengo hermanos. - Más o menos estábamos al día ambos. Yo viudo y ella con la mamá. 
    Y cada vez más lleno y apretados en el bus, por suerte. Ya no me importaba si lo notaba o no. Ella era cada vez más amable conmigo y nos tuteábamos, nos contábamos que habíamos hecho en el día anterior, que nos gustaría hacer, etc. etc. y yo cada vez estaba más cerca de ella. En algún momento por los barquinazos o paradas bruscas o en las calles demasiado rápido, con una mano en los pasamanos, con la otra la tomé de la cintura para evitar su caída, o lo que fuera, para que no se bamboleara demasiado. Ella lo aceptó complacida y no intentó zafar del abrazo. Y así fue yendo poquito a poco. Ella también se tomaba de los pasamanos y con la otra mano me abrazaba. ¡Caramba que complaciente es viajar en bus! Sentía poco a poco mi erección cuando sus hermosas tetas se apretaban contra mí. No había problema. Ella se sonreía, mimosamente. Estaba a gusto. Quise probar más. En algún momento en ese apretujón la puse de espalda a mí. Ella acepta gustosa. La abracé con ambos brazos, con las manos justo bajo sus tetas, sosteniendo los globos, y me apoyé totalmente en su culo. Entre sus cachetes tendría que sentir mi erección… y Ariadna se apretaba más!
    Fue cuando le dije.
    -Mañana voy con el auto. ¿Querés que regresemos juntos?
    -¡Sí! Bueno. - Nos intercambiamos teléfonos.
    -¿Y podrías salir un par de ...
    ... horas antes?
    -¡Claro! ¡Digo que tengo que ir al médico! – Entendió perfectamente.
    Al día siguiente la llamé a las 4. 
    -Salgo para buscarte. ¿Dónde nos encontramos?
    Me dio el dato y bajé hacia el estacionamiento. Cinco minutos después Ariadna subía y su saludo fue en silencio, solo con un suave beso en los labios. Estaba todo bien. ¡Al fin venía lo mejor!
    Entramos en el mejor “telo” que conocía del centro. Pagué el turno y fuimos a la habitación.
    -¿Te parece que nos demos una ducha?
    -Si, como no. – No me iba a negar a semejante propuesta.
    Nos desnudamos mutuamente. Todo tranqui, sin arrebatos. Cuando estuvimos desnudos nos abrazamos y besamos  con todo. Nuestras lenguas recorrieron el camino a la gloria. Ya iba a llegar. Estaba claro. Mi pija estaba casi a la altura del ombligo. Se puso en puntas de pie para sentirla más abajo y refregó su pelvis contra mí.
    Nos metimos bajo el agua y allí fui cuando lo descubrí. Me agaché para chuparle la concha y… vi el más maravilloso bosque de pelos del mundo. Hacia tanto tiempo que no veía una mujer sin depilar que me encantó todos los bucles y rulos de su pelvis. Pero no me amilané.
    -¿Te molestan?
    -¿Qué cosa?
    -Los vellos digo. ¿Te molestan?
    -No. Para nada. Me encantan. ¡Son preciosos! ¡Tan suaves!
    Trataba de encontrar el clítoris con mi lengua entre la mata…, hasta que lo encontré. Creo que no di más que dos lengüetazos. Ella comenzó a gemir. 
    -¡Ahh! ¡Ahh! ¡Ahh! ¡Me vieneeeee!
    Y se mandó tremendo orgasmo. Parece que lo había ...
«1234...»