1. El Chinto.


    Fecha: 04/01/2021, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... centímetros. El glande se me hizo muy apetitoso, me acerqué y me lo metí a la boca, causando una convulsión y empuje, que hizo que la verga entrara más al fondo de mi cavidad bucal. Tal como lo había dicho, capté el acerbo, amargo y agarroso sabor del líquido pre seminal, propio de una persona con el cuerpo saturado de alcohol. Estaba creciendo dentro de mi boca y eso siempre me ha gustado, pero en este caso pudo más el mal sabor que la ansiedad del placer y me lo saque, tomando el control con la mano. Aquello se puso duro rápidamente, me pareció que había llegado a su máxima erección y me retiré un poco para ver los resultados. Efectivamente aquello creció hasta los 9 centímetros en total: 3 de la cabeza y 6 del cuerpo. El prepucio sin circuncidar, podía cubrir todo el glande y descubrirlo al ser retraído. Después de todo, la verga tenía lo suyo, dentro de su pequeñez guardaba su propio encanto, la verdad que sí me gustó la forma que, a la larga, podría proporcionar una buena satisfacción.
    Hasta ahí quedó todo, tal vez por la borrachera, se le fue bajando rápidamente hasta quedar en un poco más que nada. Le dije que tendríamos que esperar unos días a que desapareciera el alcohol de su cuerpo, entonces veríamos qué hacer. Ya era un poco tarde y le propuse que se durmiera y descansara para que al siguiente día estuviera repuesto y listo para volver al trabajo, sugerencia que aceptó de buena gana. Quedamos de vernos otro día y me fui a casa, donde el Grueso me había estado ...
    ... esperando desde que terminó el partido de fut-bol, pero como ya estaba toda la familia en casa, ya no hubo oportunidad de nada, así que sólo me quedé con la tentación de volver con el Chinto en unos días más.
    Me invadió la curiosidad de probar la pequeña del Chinto y no me hice esperar. Era domingo y el Grueso se fue con el equipo a otro pueblo, en la plaza me encontré con Chinto y quedamos de vernos al anochecer, fui a los bañitos y me preparé por si acaso había algo y directo, de ahí me encaminé hacia la casa de Chinto. Estaba frente al fogón y me invitó a que me sirviera un jarrito de café que acababa de sacar, mientras él se iba a echar un baño. Al rato salió con otro camisón diferente al de la semana pasada, con botones al frente y se sentó en la orilla de la cama. Se veía muy bien sin andar borracho, se veía muy animado, como que ya estaba aceptando la ausencia de doña Pachita. Platicamos de no se qué mientras me tomaba el café y al terminar me senté frente a él en la otra orilla de la cama y le pedí que se acostara, desabotoné la bata y descubrí su pezón igual al de la semana pasada y sin más, me acerqué para ponérmelo en la boca. Sentí como si estuviera chupando la chichi de una mujer. Con la bolita en la boca, lo chupé y empezó la reacción, tal como la esperaba. Mi boca se fue llenando conforme la cabeza iba creciendo hasta que aquello quedó tan duro como una piedra. Me lo metí toda y sentí como la inmensa cabeza llegaba hasta mi garganta obstruyéndola toda. Al hacer ...
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