1. Cruce de rutas


    Fecha: 31/12/2020, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... de su rostro, en realidad cuando la pija llegó a la altura de su concha, tenía el camisolín en el cuello. Sin dudar me agarró el choto y se lo colocó a la entrada. Allí empujé y ya estaba adentro rodeado del lago de sus flujos. El bombeo fue rápido e intenso. Ella acompañaba con su cuerpo. Las piernas me abrazaban a la altura de la cintura. Era un orgasmo tras otro. Impresionante. ¡Tan caliente estaba! Coma se hicieran semanas o meses que no cogiera, más allá de las pajas que se habría hecho. No quise desaprovechar nada. No sé si habría otra oportunidad. 
    Luego de su décimo orgasmo, creo, yo estaba listo. ¡Era la mía! La saqué y rápidamente fui hacia su rostro. Me senté sobre sus tetasas. Carmela seguía suspirando con la boca entreabierta. ¡Me estaba esperando! Puse el glande entre sus labios y fui entrando. Ninguna resistencia. Sentí como su lengua acariciaba la cabeza y el tronco. En dos segundos eyaculé.
    -¡Agg! ¡Agg! 
    Se la saqué antes de acabar todo. No quería ahogarla.
    -¡Ahh, casi me matás! - Esperaba quedarme medio día. Me parece que me quedaré una semana.
    -¿Cómo sabías?
    -¿Cómo sabía qué? 
    -Que quería estar con vos.
    -No lo sabía. Yo quería estar con vos, por eso vine. No sabía si querías lo mismo.
    -Pero fue así.
    -Por suerte. Bueno. una gran pegada. ¡Tendría que haber venido diez años antes!
    -No podías. Estaba casada.
    -Bueno. Cuatro o tres. Cuando me buscaste fue porque estabas sola ¿no?
    -Sí. Por eso quise encontrarte, porque me acordaba de vos y me…, ...
    ... que se yo…, me gustaste…, eras tan amable.
    -¿Y ahora no? 
    -Ahora más. Mucho más. Nunca nadie como vos. Tan dulce como vos…, nunca nadie. Te lo juro.
    -No hace falta jurar. Pero pienso que nos perdimos tres o cuatro años ¿no?
    -Si. Es así.
    -Pero… lo que pasa que en dos horas me tengo que ir.
    -¡NOOO! ¡No lo hagas por favor!
    -Es que… Veré que hago. Yo también quiero quedarme. Te dije que venía por unas horas…
    -Si, lo sé. ¡Pero quédate, por favor!
    -En un par de horas hablaré para arreglarlo.
    En realidad era yo mismo el que tenía que resolver irse o quedarse. Era una decisión rara. ¿Por qué ella se casó dos veces y se separó dos veces? ¿Sería ella la difícil? Al fin de cuentas ella no me había contado nada sobre sus parejas. Ella sí sabía que yo era viudo. Justamente cuando nos encontramos en el medio de la pampa hacía muy poco que había fallecido mi esposa. 
    A Carmela solo la había “probado” una vez. Estoy seguro que querría mucho más. ¡Tenía que aprovechar! Dejarla contenta y con ganas para que hubiera más.
    Hice el teatro de que hablaba por el celu con “alguien” para determinar una decisión. 
    -Sí. Me quedo.
    -¡Bravo! - Me abrazó y besó con toda las ganas. Nos tiramos de nuevo sobre la cama.
    -¡Cómo te gusta?
    -De todas maneras. ¡Con vos de todas maneras! 
    -¡Hay miles! – Le dije. 
    -Bueno, no exageremos. No somos acróbatas. – Carmela reía feliz.
    -Entonces lo haremos más fácil. ¿Querés ponerte en cuatro? Y me monto a lo perrito.
    -Si ¡Bárbaro! Me gusta.
    Se puso ...
«1234...»