1. El tipo de la panadería


    Fecha: 26/12/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Gladiador, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... el pantalón y el bóxer dejando ver su enorme animal, era un guevo enorme como me había advertido, de unos 23 cm, grueso y con unas venas que resaltaban, no tenía circuncisión, pero su cabeza rosada se asomaba brillando con algo de líquido en la punta. Como pude, a pesar del asombro, comencé a chupar, era un poco inexperto, me llegó un olor a orines, no se a guevo o a macho.. Total estaba disfrutando de sobremanera esa delicia de guevo, de pronto comencé a sentir como empujaba a un más, llegando hasta lo profundo de mi garganta yo hacía
    -Glup glup glup glup, ahhh ahhhh  
    El lo dejaba un tiempo así hasta que veía que me estaba ahogando, me retiraba tosiendo y con lágrimas en los ojos. Así estuvo un rato hasta que me ordenó que me desvistiera y el comenzó a desvestirse también.
    -Ahora si marico te voy a dar la cogida de tu vida puto, ponte a cuatro patas en el bordo de la cama.
    Le obedecí y de pronto sentí como con sus manos tomándome de la cadera levantó mis nalgas, después empujó mi espalda haciendo que mi pecho quedara pegado al colchón.
    -PLAS a la verga cabrón que delicioso culo tienes, me dijo y comenzó a lamer, cuando sentí su lengua húmeda en mi culo 
    -Ahhhh rico ricooo no jodas sentí un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, lamía besaba y escupía y luego se retiraba para darme unas nalgadas,exclamé un ¡ay! Pero me dijo:
    -Te aguantas puto, esto es lo que querías.
    En seguida se escupió la mano con bastante saliva y la pasó por mi culito dejándolo más húmedo aún ...
    ... de lo que ya estaba.
    - ¿Ya quieres el guevo marico?
    -Síiiiii ahhh
    Queeee es estooo a la vaina estás bien cerradito, no vayas a gritar fuerte que los vecinos escuchan, si te duele te aguantas y muerdes la almohada
    De pronto sentí que puso su dedo medio en mi entrada y comenzó a empujar, le costaba bastante así que presionó hasta que logró meterlo de golpe, yo solo exclamé: 
    -Ahhhhhh y me retiré un poco. El, tomándome de la cadera nuevamente me hizo para atrás y me dijo:
    -Aguántese cabrón que apenas es el dedo y lo volvió a meter de golpe, así estuvo un rato, yo sentía como mi ano se rompía con su enorme dedo, lo metía y lo sacaba hasta que no le costó tanto trabajo. De pronto lo saco y acomodó su guevo. Él estaba de pie al bordo de la cama, detrás de mí, y yo de espaldas ofreciéndole mi culito. Me tomó nuevamente de la cadera y volteando a la derecha pude ver en un espejo la imagen de ese hombre enorme con su guevo que parecía un brazo apuntándome directamente. Sus manos en mi cadera presionaron con fuerza para que no me escapara a ningún lado y de pronto sentí. 
    Su guevo comenzó a entrar, era un trozo caliente de carne que rompía todo a su paso, sentía como mi ano se abría a su máxima capacidad.
    -Ahhh ay papiii sentía el ardor con cada centímetro, el dolor se volvía insoportable, aunque trataba de aguantar mi cuerpo se quería retirar, se quería rendir, pero sus manos no me dejaban escapar, el dejaba caer todo su peso haciendo que su guevote fuera entrando sin piedad. ...