1. Lupita mi tía postiza. Historias de mi tía Rosario 1


    Fecha: 10/12/2020, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Follet, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... conforme iba sintiendo que entraba más y mas verga, como pudo bajó una mano para pajearse lo que ayudó a sentir una mezcla de dolor y de placer, conforme aumentaba éste aquel disminuía.
    
    Jorge empezó a mover más fuerte, de tal manera que la van empezó a bambolearse, Rosario aceleró su paja, viniéndose nuevamente, sintió el chorro de Jorge dentro de su culo, húmedo y caliente, él estaba aferrado a sus caderas, empujó varias veces más jadeando, se quedó rendida, hincada unos instantes más, después de que Jorge se había salido.
    
    Salió de la van, las piernas aún le temblaban, su respiración estaba un poco acelerada y apenas unos instantes después de haber bajado, escuchó la voz de tu abuelo “hola, ¿qué hacen aquí?”, ella y Jorge se turbaron, Jorge atinó a decir, “es que parece que mi cartera se cayó acá atrás, pero no la veo”, “voy por una linterna”, dijo mi abuelo, “no señor, no se preocupe, la busco mañana a la luz el día”, “¿no la necesitas ahorita?”. “no, la licencia está en la guantera”, “ah bueno, ¿nos vamos hija?”, y Rosario se despidió de Jorge, dejando los calzones y su virginidad anal en la camioneta.
    
    La sensación de que tu abuelo se había dado cuenta nunca la abandonó y, por supuesto, no le iba a preguntar si se había dado cuenta o no.
    
    Según Rosario, no le había disgustado la verga de Jorge en su culo aunque tampoco le atraía sentirse así de vulnerable, decía ella, según Lupita, sin embargo con Jorge y con otros más volvió a experimentarlo.
    
    Después de esta confesión ajena empezó mi obsesión por el culo de Lupita, nunca me dejó meter un dedo siquiera sino hasta que decidió dar por terminada nuestra relación, como un regalo me dijo.
    
    Ese día, Lupita se dio cuenta del efecto que tenían en mi estas pláticas, me la cogí con más ganas, con mas excitación, así que se hizo costumbre que me contara cosas picantes de mi tía Rosario.
«123»