EL DESAHAOGO - Relatos Eróticos

EL DESAHAOGO

... reconocida de la tv, era de tésblanca, de unos 30 años, cabello negro, de más o menos 1.74cm con cuerpo armonioso muy carismática dulce y tierna. Por lo que creí entender el alboroto de mis compañeros, pero al prestarle atención a sus comentarios me di cuenta que lo que estaba llamando la atención era su cola, más de un comentario morboso me lo confirmo. Por lo que al rato no me aguante las ganas para asomarme por el lado de las máquinas y haciéndome el bobo pude observar de reojo ese tremendo trasero que su licra azul rey con estampado, realmente torneaba muy bien sus caderotas! En ese momento no fui el único más de uno  le dio la vuelta al perímetro del gimnasio, como acechando la presa, la cual no sedaba por aludida solo fui yo al que el entrenador Juan Pablo me descubrió mirando lo cual me puso nervioso y no solo por el descubrimiento sino porque el solía tratarme muy rudamente, decía que era un caso perdido todo porque me veía comiendo en la cafetería gaseosa con empanada después de mis rutinas, además fue el que hizo popular mi apodo en el Gimnasio, por eso se me hizo raro que me dirijiera la palabra;
Juan Pablo:Burro! Fresco no se asuste! Que tal la nueva adquisición? Había visto ese talento??Jajajaja..
Federico:No la verdad no. Entrenador.
Juan Pablo:Espere que la ponga en el banco de pesas (Maquina de pesas para glúteos) para que veamos ese talento ejercitarse
Esas palabras me sorprendieron por primera vez me trataba como uno de ellos lo cual no me molesto y ...

... como un par de chiquillos haciendo una picardía el entrenador Juan Pablo  le indico a Linda hacer la rutina en el banco de pesas y por supuesto el solo acostarse Linda encima de este, llamo la atención. Una pose que a más de uno le despertó, uno que otro mal pensamiento, mientras ella boca abajo juiciosa sin percibir nuestras miradas hacia los ejercicios con las pesas, sin embargo éramos prudentes porque podía darse cuenta por los espejos del Gimnasio, así que constantemente haciéndonos los pendejos pasábamos por sus espaldas para admirarla.
Pasaron los días y gracias a Linda el ambiente el gimnasio era más agradable, ahora hacia parte de la manada de los hombres,por lo que me trataban bien. Aunque el apodo seguía siendo el burro solo que el tono ahora era diferente sin desprecio, al contrario con respeto. Lo que permitió la confianza para hablar de futbol, músculos, vitaminas,  mujeres y en especial de Linda que era todo un espectáculo literalmente hablando (espectáCULO!). Y es que el entrenador Juan Pablo siempre nos hacia el favor no solo de llamarnos los días que Linda iba asistir, sino también le organizaba rutinas especiales en el banco de pesas y una maquina vertical de pesas para glúteos lo que realmente nos excitaba y no contento con eso Juan Pablo un día nos dio la grata sorpresa de quitar los espejos. Y al quitar ese impedimento nos permitió acercarnos con tranquilidad a las espaldas de Linda para morbosear su colota y siguiendo con la inmadurez, para tomarle fotos o ...