Descubriendo nuevos gustos - Relatos Eróticos

Descubriendo nuevos gustos

... la ocasión lo permitía tocarla entera. Disfrutaba la sensación de ese bulto grande y suave bajo mi tacto. Esta nueva actitud de mi parte, y las sensaciones que me causaban, me desconcertaban. Me inquietaba recordarlo después de haberlo hecho al día siguiente, aunque en el momento en que ocurría no sentía el menor reparo y hasta lo disfrutaba. Pensaba entonces que solo era efecto de una confusión transitoria y del exceso de confianza entre ambos, lo que me permitía a mi mismo experimentar ese nuevo gusto abiertamente. Al mismo tiempo la vida sexual con mi mujer continuaba inmejorable, con la misma intensidad y variedad de siempre. Quizás el único cambio sutil fue que empecé a tener flashes de imágenes de vergas grandes cuando me ponía caliente, y cuando mi mujer me la mamaba le pedía con curiosidad, -Que se siente metértela a la boca y chuparla, mamasita? Están ricos los mecos? Y solo me respondía, -Es delicioso mamar vergas grandotas, papasito...
Por esos días también empecé a pensar que si podía verle la verga a mi compadre tal vez la curiosidad y la confusión desaparecerían así como se me habían despertado. Solo tenía que buscar la ocasión apropiada y me vino a la mente que no le resultaría extraño si yo se la miraba en el baño. La ocasión me vino durante una salida que tuvimos en parejas, con nuestras respectivas esposas, a la inauguración de un antro de moda. Con esa idea en mente y con los tragos que fueron haciendo su efecto durante la noche, sin realmente darme ...

... cuenta en qué momento, de pronto empecé a acompañar a mi compadre cada vez que iba al baño, sobretodo desde que noté que los mingitorios no tenían paneles laterales y podía mirarle libremente la verga parándome a su lado. Dado el nivel de alcohol que habíamos consumido, sabía que no prestaría atención a lo que yo hiciera mientras orinábamos. Monitoreaba todos sus movimientos la primera vez que “coincidimos” en el baño; desde que se desabrochó el pantalón se me aceleró el pulso en anticipación. Lo vi sacarse la verga que por primera vez miraba al desnudo, larga y muy gruesa a pesar de la flacidez, me gustó esa primera impresión. Muy morena y de cabeza más grande a lo normal, que sobresalía bastante al de por si grueso tronco de la verga. Para mi sorpresa esa vista me provocó una erección que tuve que ocultar para que no la notara mi compadre. Cuando se la sacudió al terminar parecía disfrutar del tacto al jalársela, y finalmente para mi desencanto, volvió a meterla en la bragueta. -Qué grande la tienes compadre! Le dije involuntariamente con admiración. -Y no me la has visto parada, me sonrió.  Me quedé con ganas de verla parada y anticipando la siguiente vuelta en que lo acompañaría al baño empecé a comentarle temas cachondos para provocarle antes de volver a verla. De regreso a la mesa me puse a caminar delante de él y me dió un rico llegue por detrás -Apúrate! Me dijo en medio de una risotada. Cubierto por la oscuridad del antro extendí discretamente la mano y atiné a alcanzarle ...