1. Traviesa vecinita


    Fecha: 25/08/2020, Categorías: Jóvenes Tus Relatos Autor: Géminiskuri, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... espaldas recostada a la mesa de frente, tiene ese trasero con esas nalguitas planitas y el anito allí mismo. Y la vuelvo a coger por su veginita que se ve inflamada por el invasor de carne que recibe, y ella se queja. La voy presionado hasta casi mis bolas. Allí expele un gritito ahogado: "-ahahaaay". 
    
    -Eres profunda Vanesa y lublicas bastante, mi amor. 
    
    Mientras digo esto, está enzartada y
    comienzo a embestir lentamente por su puchita, despacio-despacio hasta, que con un buen y firme recoston logró romper su tela virginal, ella sólo gime y jadea tapándose la boca y parece aliviada su mirada, no sufrió la resgajadura y soporta contenida mi penetración, está tensa y suda su espalda.
    
    Le doy varios largos hasta casi la vulva de metes y sacas en su apretado sexo y me vengo con un gran orgasmo que me hace temblar y jadear como desde hace tiempo no sentía. Y luego de unos minutos lo saco con restos de semen y sangre. Ella al ver la sangre en su chocho y en mi pene, me pregunta:
    
    -"¿Es la menstruación?"
    
    -No mi reina, es tu virginidad, ya eres una mujer. -Ella parece volverse sentimental y se le aguan los ojos y también sonríe. 
    
    La beso y le quito la blusa sudada. La llevo al
    baño, estamos desnudos bajo el agua, ella cuida de no mojarse la cabellera. La baño pasando una esponja por todo su cuerpo, es una niña fuerte, la beso y nos abrazamos. Y mi pene otra vez empieza a levantar y ella lo agarra y menea y pajea como un bastón. Le meto la mano por sus nalgas y ...
    ... ella se abre para sentir mi dedo. 
    
    -¿Te lo quiero meter por allí? 
    
    "-¡Hazme lo que tu quieras mi amor!."
    
    Le meto un dedo de mi mano tan grande como un pene, ella se queja un poco pero resiste. La alzo y la chupo toda, ya su cabello está mojado y a ella no le importa. Chupo su anito sin mucha nalga que lo cubre, se las muerdo despacio y le bajo el lomo para empezar a penetrar su virginal orto. 
    
    Ella está reclinada con las manos en la tapa de la tasa, la pullo con mi glande un tanto puntudo, le echo jabón líquido y se va resbalando y veo deslizar superando el rojo que se torna blanco por la resistencia del virginal esfínter. Ella se mueve y se queja con pujitos mientras que mi hinchado falo avanza por su apretado orificio que ha cedido no sin gran pericia y maltrato. Suelto el aliento para tomar otro aire e inserto otra vez hasta llegar a la mitad y la empiezo a embestir de nuevo. Ella parece sentir un gusto como siento yo el mío que casi por tanta emoción pretende eyacular. Y le doy dos o tres fuertes arremetidas y derramo en su interior toda la carga que queda de mi güevos. Ella jadea al sentir la inflamación de mis descargas y orgasmos. Las piernas le tiemblan como a mi y me siento en la tasa y a ella sobre mi pierna, le hecho agua con la regadera de mano para aliviar su ordor, cansancio y debilidad. Ella mira aún mi pene erecto brilloso pero sin caca ni sangre y lo soba, y en sus ojos veo ternura, entrega e ilusión. Yo la beso y sus labios se han engrosado en un ...