1. Gane dinero extra


    Fecha: 08/06/2020, Categorías: Jóvenes Tus Relatos Autor: Adaptación316, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... extendiendo rápidamente después de aceptar que estuvieran los dos), pero era el doble de dinero por hacer lo mismo.
    
    Su amigo era más lanzado y tenía mucha labia. Yo además estaba en pleno crecimiento y mis caderas se iban ensanchando y mis pechos iban creciendo. No era la que más tetas tenía de la clase pero no estaba mal provista. Y ese fue el siguiente paso, enseñar las tetas. Los primeros días sólo en sujetador, pero luego me convencieron con un pequeño plus. Yo, poco a poco, iba reuniendo un dinerito cada vez más importante, que me daba para todos mis caprichitos, sobre todo en cuestión de ropa. Algo que siempre me negué a enseñar, fue el coño. Me ponía tangas semitransparentes o muy ajustados (ya míos, por supuesto), pero nunca lo enseñé. Ahí estaba el límite. Pero mis tetas las conocían ya sobradamente todos los de la clase, e incluso alguno de otras.
    
    Intentaron convencerme para que me dejara tocar los pechos, pero me negué a aquello. Entonces me hicieron una oferta irrechazable: 100 pesos por tocarles yo a ellos. Y así es como he llegado hasta aquí. Llevo casi un mes haciendo pajas, pero hoy ha sido un día especialmente lucrativo.
    
    Para empezar, sin siquiera haber empezado las clases, ya he hecho la primera paja del día. 
    
    En la calle donde vivo, también está la casa de algunos compañeros de clase. Pues uno de ellos, el miguel, ya me estaba esperando en la puerta de mi casa para acompañarme “al colegio”.
    
    Me ha llevado a su garaje y allí se ha sacado la ...
    ... polla con una espléndida erección mañanera.
    
    – Me he levantado empalmado, pensando en ti. Y pensé que qué mejor que si fueras tú misma quien me la bajara.
    
    Sonreí ante tal afirmación y procedí a comenzar mi trabajo. Paseé mi mano por el tronco suavemente, terminando haciéndole cosquillas en el glande con las uñas. Un poco de líquido seminal ya asomaba por la punta y aproveché para usarlo de lubricante, si bien fue poco y tuve que recurrir a la saliva. Escupí en mi mano y empapé bien su pene. Mi mano derecha subía y bajaba vertiginosamente por toda la longitud de su polla mientras con la izquierda me sujetaba a su culo. En menos de cinco minutos de paja intensa, comenzó a escupir semen como una manguera. Casi todo fue a parar al suelo, aunque un poco goteó sobre la falda de mi uniforme. Me limpié con tranquilidad, me lavé las manos y nos fuimos al colegio.
    
    Ya en clases, cayeron otras tres pajas más. En cada cambio de salón, se turnaban para ir a un salón viejo que se usaba para guardar sillas y pupitres viejos y rotos, ya una vez escondidos el que estuviera conmigo tomaba mi mano y la situaba en su paquete. Yo metía la mano dentro y comenzaba a acariciarlo. Cuando estaba ya erecta, les bajaba la cremallera y sacaba su polla bajo un pupitre, comenzando a pajearles a ritmo lento, suavemente. Alrededor de diez minutos tardó cada uno, para terminar en una corrida que salpicaba el suelo, la mesa y mi mano, que quedaba completamente impregnada de leche (eso me encantaba).
    
    En ...
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