Más de mi tía...mi amante - Relatos Eróticos

Más de mi tía...mi amante

... decir que no, estaba bajo mi dominio, me coloque encima de su cara y poco a poco me fui introduciendo el juguete, era delicioso, en ese.momento comprendí lo que me dijo, de que hacía falta algo más, un poco más para alcanzar mayor placer, me vine no sé cuántas veces más y Gaby parecía que se ahogaba, entre mis jugos y  su propia saliva se estaba atragantando, le retire la mordaza y escupió  dejando caer su saliva entre sus pechos, su cuello y su barbilla, me sentí sucia y me comí toda esa saliva, limpie con mis labios y lengua sus pechos, hombros parte de sus axilas, su cuello y sus labios.
Ambas sudabamos literalmente a chorros.
 La puse de rodillas en la cama y le di a chupar mis senos, me los mordí, así como mi cuello y labios, pero me pedía la soltara

Lo hice pero antes le coloqué el arnés de las piernas y le dije que hoy ella sería mi marido, sonrió y me lanzó un beso, al soltar sus brazos me puse en cuatro frente a ella, tómame, soy tu perrita mi amor, cogeme duro.

-Estamos locas la dos - dijo riéndose
-Yo estoy deseosa de ti mi amor, cogeme rico, hazlo como quieras que ya deseo sentir tu empuje mamita.
Se colocó tras de mi y puso el consolador en la entrada de mi vagina, no me dió tiempo de nada, la metió de un solo golpe haciendo me gritar y también involuntariamente apretar con mi vagina ese miembro de plástico dentro de mi, me cogía con furia, yo metí mi cabeza entre mis manos ahogando mis gritos y gemidos, de pronto sentí que me jalaba hacia atrás de mi ...

... pelo y me recorrió una sensación única, se escuchaba el golpeteo de nuestros cuerpos, uno, dos, tres, cuatro o no sé cuantos orgasmos llevaba desde que me tenía clavada, se separo un poco dandome un respiro, pero solo lo hizo para abrir mis nalgas  mamar mi culo, metía su lengua, lo lamía y con sus dedos lo masajeaba hasta meter uno, después de un rato metiendolo y sacandolo me introdujo dos y me volvió a meter el consolador, así con dos dedos en el culo y el juguete dentro de mi vagina sentí desmayar. Me tenía como un trapo viejo, me daba de nalgadas, me jalaba el pelo, me mordía la espalda, y me decía que en verdad era una puta y que así me trataría.

En un nuevo respiro que me dió me puso el consolador en la boca para mandarlo, yo lo hice gustosa, pero por muy real que sea no lo sentía igual y no lo disfrutaba igual.

-Escúpelo putita, llénalo de saliva
 Yo obedecí y lo deje escurriendo de mi saliva, se colocó detrás de mi nuevamente y siguió lamiendo mi culo y metiendo dos y en un momento sentí como un tercero se abría paso, sus dedos son gordos aunque cortos, sentía dolor y placer al mismo tiempo, de nueva cuenta me metió el juguete en la vagina, pero fue solo un momento, cuando me di cuenta que sacos dedos de mi culo y colocó la punta del consolador en mi ojete virgen sentí temor, volví mi cabeza para protestar pero le vi su cara lujuriosa 

-No tengas miedo mamita, seré cuidadosa y te va a gustar
Diciendo y haciendo, yo apretaba el culo pero me decía que así ...