Mi madrastra dormida - Relatos Eróticos

Mi madrastra dormida

... la cara.

Al otro día me desperté temprano pero con sueño, y la escuché hablando con mi papá, aunque no escuché bien. Cuando fuimos a comer noté que ella me miraba distinto, por su pelo asumí que se había tomado un baño, y por ende las pruebas de lo que había hecho se habían ido por el desagüe, agarré mucha confianza, así que por debajo de la mesa le toqué la pierna, a lo que ella respondió mirándome más fijamente, y tocandome la mano. 

Al terminar de comer mi papá salió a comprar, y fui directo a donde mi madrastra que estaba preparando el almuerzo, sin preguntar le toqué el trasero, y le pregunté si le gustó.
"Así que de verdad fuiste tú" Me dijo.
Le volví a preguntar si le gustó, y si le dijo algo a mi papá.
"No le dije nada, y si, estuvo rico"
"¿De verdad? Porque era mi primera vez" le comenté.
Ella se me acercó y me besó, y me dijo que le recordaba a mi papá cuando era más joven. Yo sin preguntar le bajé poco a poco el pantalón, cuando le toqué me di cuenta lo mojada que estaba, ella se volteó, puso el culo en pompa y me dijo.
"La tienes un poco chica, pero más dura que tu papá, no me gusta mucho el pene flácido ese ultimamente"
Me calenté a mil, y comencé a ...

... penetrarla, se sentía mil veces más rico que cuando estaba dormida, su vagina me succionaba.
"Así papito, que rico se siente cuando está duro, eso dale dale" sus gemidos me excitaban muchísimo, le di más y más rápido, sentía que me vendría en cualquier momento, pero no lo hacía, era una sensación que nunca antes había experimentado, y cuando sus gemidos se volvieron más fuertes, decidí tomar un poco el control. Se la saqué.
"¡¿Que haces?!"
"Date la vuelta, te quiero penetrar de frente" Le dije con autoridad.
Le metí el pene, y comencé el mete saca de nuevo, veía sus tetas rebotar en su sostén, y a ella, su cara de 30 y algo años, y su pelo rubio aún mojado, la besé y le dije al oído "voy a ser tu nuevo gabriel, ¿te gusta la idea?"
"Me encanta, dame como hoy todos los días cariño, mi gabriel, que rico se siente tenerte joven de nuevo"
La embestí mas y mas fuerte, hasta que volví a sentir como me envolvía con sus piernas, y sin importarme nada ni nadie, me corrí dentro de ella, se sintió increíble, seguía soltando mi leche mientras la besaba, y nos quedamos así un rato.

Cada vez que la visito tenemos momentos así, y no es la única "familiar" con la que he tenido encuentros.