Mi madrastra dormida - Relatos Eróticos

Mi madrastra dormida

... pechos y el culo. Ella era bastante mas alta que yo, así que puse mi cara directamente en sus deliciosas tetas, y morder con mis labios sus pezones, todo esto aún con su camisa puesta, por otra parte mis manos ya le tocaban el culo por debajo del pantalón.
Me sorprendía que no hubiera reacción, debió haber bebido mucho, y yo agradecía que hubiera sido así. Seguí con mi simulación de sexo, y sin aguantar más le subí la camisa y chupé esos pezones directamente, esta vez hubo otra reacción, un movimiento leve pero más consciente que el anterior, de todas formas casi ni podía retenerme, me levanté rápidamente, fui al baño y descargué todo mi semen. Luego volví y me acomodé junto a mi hermanastra a dormir.

Luego de unos minutos me sentía caliente de nuevo, la veía con sus enormes pechos, y sin darme cuenta ya estaba frotándome con mi hermanita. La dejé de lado y fui a por mi rica madrastra de nuevo, esta vez fui más atrevido, y decidí tocar algo que no toqué antes, su vagina. Bajé suavemente su pantalón hasta que se vió, ella parecía no llevar calzón, no se ponía nada al usar su pijama, y eso era genial para mí. Sus pelitos rubios opacos cubrían toda su vagina (Ella era rubia, pero rubio oscuro) y mojando un poco mis dedos fui directamente a tocar su vagina, no parecía muy mojada, así que heché más saliba y comencé a tocarla. Habían reacciones por parte de ella, pero seguía dormida, sus jugos comenzaban a salir, y por su rostro asumo que pensaba que estaba teniendo un sueño ...

... caliente, nunca imaginaría que era yo quien se lo estaba provocando. Seguí un rato hasta ya no aguantar más, me puse sobre ella, me saqué el pene que ya estaba empapado con líquido pre seminal, y comencé a frotárselo en su vagina. Me di cuenta ahí lo ancha que la tenía, porque apenas lo froté solo un poco, se deslizó para adentro, tal vez también porque estaba pequeño y mi pene no alcanzaba un tamaño adulto, pero entró muy fácilmente, ni siquiera tenía la intención de penetrarla, pero una vez adentro no pude parar. Me movía muy lentamente al principio, y ella también se movía un poco, moviendo sus caderas en forma circular, parecía gustarle, y con eso en mente aumenté el ritmo, la embestí como si estuvieramos teniendo sexo tal cual, y ella se notaba más agitada, pero ya me daba igual, le subí la camisa y le chupé los pezones, mientras seguía con mis embestidas, y ella gemía muy despacio, pero de vez en cuando se le escapaba algun gemido fuerte. La besé y metí mi lengua, esta vez la aceptó, enrollándola con la mía, seguí así, embistiendo sin parar, mi pene no quería venirse, hasta que ella me abrazó con sus piernas diciendo "¡Gabriel!", y me corrí dentro de ella, yo me llamaba Gabriel igual que mi padre, y eso sumado a que su vagina me apretó muchísimo al correrse hizo que no pudiera aguantarme. Sentí que la había cagado en grande, así que me separé rápidamente y me acosté con mi hermanastra, voltee a ver y ella seguía dormida, pero respirando agitadamente y con una sonrisa en ...