1. Alicia 25 de 25


    Fecha: 27/08/2021, Categorías: Hetero Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues

    Alicia 25 Ya me estaba retirando del local cuando se oye la campanita que tenían sobre la puerta, esas que suenan cuando alguien abre. Como si estuviésemos haciendo algo indecente Martita se puso detrás del mostrador acomodando su pollerita nerviosamente. La clienta parecía conocer bien la tienda revolviendo los estantes en busca de su mercadería, como no nos veía directamente aproveché para apoyar a Martita por la espalda haciéndole sentir mi dureza en la cola. Sabiendo que ahora debería atender personas extrañas le susurré al oído que debería acomodarle bien la bombachita por el accidentado choque de recién. No respondió pero el temblor de su cuerpito dejaba adivinar sus emociones encontradas, pasando las manos debajo de su vestidito me dediqué a explorar concienzudamente su cola, las nalguitas hermosas y el profundo valle que las separa hasta dejar un dedo haciendo presión sobre su anito. Se notaba muy seco por lo que mi mano pasó a su tajito, allí había juguito como para lubricar una locomotora facilitando al invasor dactilar ingresar por el asterisco. Se notaba muy apretadito aunque recordaba que por ese túnel ya había ingresado mi tren cuando estaba dormida. La pobre Martita ponía cara de pocker apenas disimulando la sensación de un dedo entrándole en el culito, yo estaba con el bicho en la otra mano ya apuntando al culito de la rubia y me tuve que detener al escuchar la voz de la clienta, sonaba triste, pero no la tristeza que aveces nos agobia. Era algo más intenso, ...
    ... le brotaba desde las profundidades del alma y parecía contagiar su estado anímico. Me puse al costado de ella para que me llegase mejor su voz, estaba intrigado por esos sonidos melodiosos, su voz no era opaca ni monótona pero sí profundamente triste. Al verme le dijo a Marta que me atienda primero que ella no tenia apuro, sus palabras no lo decían pero la tonalidad gritaba "me da todo lo mismo, que atiendan mi pedido ahora o nunca". Mi intriga crecía y me pasé al otro lado del mostrador mientras Martita le decía que no era un cliente, era solamente un amigo de la casa. Ahora la tenía de frente y le podía ver bien la cara, una carita enmarcada por un cabello lacio bastante largo. Me dispuse a ayudarle envolviendo las cosas que ya estaban anotadas mientras Martita sonreía pensando que yo estaba haciendo tiempo para volver a estar a solas con ella. La vista de ese rostro me produjo un shock, tenía hermosas facciones pero su mirada transmitía una profunda tristeza mezclada con paz, podría definirla como resignación. Sus movimientos reflejos eran pausados, como si dispusiese de todo el tiempo del universo, así como me miró también lentamente continuó con su pedido. Su aspecto y modales me flechaban en dos puntos cercanos: en el corazón y en el pito, me estaba enamorando y a la vez me la quería cojer. Cuando le llegó el turno de pasar por la caja me despedí de Martita que esperaba que la abrace o le dé un beso, todo lo que pude hacer es chuparme el dedo que recién estaba metido en ...
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