1. Aquel negro feo me cenó en la suite de su jefe


    Fecha: 26/08/2021, Categorías: Hetero Autor: Svett, Fuente: CuentoRelatos

    ... estar a una hora.
    
    Llegado el tiempo, nos encontramos y pedimos bebidas; él un whiskey y yo mi vodka. Abdel se veía muy galán enfundado en traje, yo en vestido de una pieza que enseñaba mucho mis hombros y buena parte de mis senos. Entre plática y bebidas se fue el tiempo y llegó la relajación que la bebida y el ambiente provocan; estábamos en una mesa sentados de frente y él me tomo una mano con su manota y me acarició como si tocara una flor, con mucho cuidado. Mirándome con fuego en los ojos me solicitó que lo acompañara al cuarto de su patrón y me sorprendí, le pregunté si acaso quería hacer un trío; después de una carcajada me dijo que no, que esa noche su jefe iría pasar la noche en la playa con muchachas "de renta". Entonces asentí y le guiñé un ojo provocativamente... me llevó abrazada al cuarto y en el elevador me arrimó su cuerpo por la espalda tomando mis hombros con suavidad y respirando en mi cuello... mi piel se erizó de placer y al abrir la puerta del elevador, tomé sus manos e hice que me abrazara por la espalda entrelazando nuestras manos en mi vientre; así caminamos hasta el cuarto, el cual abrió y me cedió el paso galantemente.
    
    Apenas adentro, me volví y lo abracé por el cuello, ofreciéndole mi boca; él me aferró contra su cuerpo, me arrimó su garrote ya muy duro y de buen bulto, y me plantó sus labios en toda mi cara, literalmente me comió con su bocota, moviendo la mía a su placer con su también gran lengua que hundía en mi boca acariciando ...
    ... lengua, paladar, dientes, anginas... ¡creo que me llegó hasta el estomagooooo!
    
    Luego pasó a comerme una oreja, el cuello, los hombros, su respiración caliente me quemaba la piel y al tiempo sentía como me dejaba babeado donde iba pasando su boca; me aturdía y me sacaba hondos suspiros que parecían provenir desde la vagina, que empezaba a mojarse y a necesitar una envergada tumultuaria. Me quitó el vestido y el brasier, y al saltar mis tatas henchidas de pasión se abalanzó sobre ellas golosamente para pasar su lenguota rasposa en uno y otro seno, lo que me hacía aullar de excitación, entonces se dedicó a meterse mis tetas en su boca, que casi cabían completas y succionó con mucha fuerza; primero se me volteaban los ojos y me hacía temblar a cada embestida hasta que mis pezones protestaron del dolor y alejé su cabeza de mis tetas.
    
    Ya mi coño iniciaba su regurgitación hacia un orgasmo y le pedí que me siguiera comiendo hacia abajo lo cual hizo sin pensar; su gran boca pasaba por mi vientre hundiendo su lengua, causándome entre placer y cosquillas que me hacían retorcerme como culebra. Perdí la noción de lo que hacía porque no me di cuenta que le hincaba las uñas en la cabeza hasta que me pidió que no lo hiciera, aproveché esa pausa para desvestirlo con rapidez ayudando él con eso; me arrodillé y al bajar su pantalón y trusa pude ver un magnífico trozo de carne negra y firme que caía por efecto de su gran peso, pues al levantarlo con mis manos supe que estaba muy pesada.
    
    Una ...