1. Mi sumisa vecina (Cap. 2)


    Fecha: 17/08/2021, Categorías: Incesto Autor: Tahotlo, Fuente: CuentoRelatos

    Pasé a su despacho y la señorita que me atendió cerró la puerta tras de mí desde afuera.
    
    Dentro del amplio despacho Rosa estaba sentada en una gran mesa de escritorio de madera, llevaba puesta una falda plisada de vuelo y una blusa muy elegante, miré alrededor y le pregunté:
    
    -Rosa parece que estas sola en el despacho, ¿o hay alguien detrás de aquella puerta del fondo?
    
    -No hay nadie mi señor Joaquín.
    
    -Ok ¿pero pueden entrar de pronto?, no quiero faltar a mi promesa de que tu sumisión sería en secreto.
    
    -Salgo y les digo que no nos moleste nadie, ¡para algo soy la jefa!
    
    -Bueno Rosa eres la jefa de ellos; pero para mí eres mi perra sumisa.
    
    -Sí señor, su perra.
    
    Rosa salió y dijo al personal que tenía una reunión muy importante conmigo, que no nos molestaran, ¡aunque se metiera fuego!
    
    Volvió, y a una señal de mi dedo se puso de rodillas delante de mí, desabroche mi pantalón y saque el pene que estaba "morcillón", y le dije:
    
    -Chúpalo para darme la bienvenida.
    
    Abrió la boca y lo engulló casi entero, después creció en su boca, no espere a correrme y lo saqué, lo guarde en el pantalón y le hable:
    
    -Rosa apoya tu cabeza en la mesa dejando el culo en alto y las piernas abiertas.
    
    -Sí señor.
    
    Me sitúe de pie detrás de ella, levanté su falda, ¡cual no sería mi sorpresa al comprobar que llevaba "bragas puestas"!
    
    -Rosa estas bragas significan el fin de tu sumisión, te dije que dejarías de usar bragas y me diste una bolsa con todas ellas, ¿qué ...
    ... significa esto?
    
    -Sólo deje estas bragas señor, me daba miedo que se saliera el dilatador y lo vieran caer al suelo mis subordinados, ¡perdón!
    
    -Excusas, si está metido hasta el fondo, sólo sale dando un tirón.
    
    -Lo siento señor, no volveré a desobedecer, ¡por favor no quiero dejar de ser su sumisa!
    
    -Es que esta es una falta muy grave
    
    -Lo se señor, castígueme como quiera.
    
    -Rosa solo un castigo ejemplar limpiara "tu falta".
    
    -Lo que sea, antes de volver a ser vulgar como era antes.
    
    Bueno a ver si eres capaz de obedecer hoy, ¡vamos a la calle!, si me obedeces en todo seguirás siendo mi sumisa.
    
    Al llegar a la calle fuimos al parking donde dejé el coche, nos montamos en él y salimos a la carretera, la llevé a la zona de prostitutas, y al llegar llamé a una puta para que viniera, antes de llegar a nosotros le dije a Rosa:
    
    -¿Rosa cuánto dinero llevas encima?
    
    -Lo miro señor; en billetes llevo 200€.
    
    -¡Dámelos!, como regalo sumisa.
    
    -Tome mi señor Joaquín
    
    Cuando llego la puta le pregunté:
    
    -¿Cuánto me costaría que dejaras a mi pareja ocupar tu puesto durante dos o tres servicios mientras tú y yo la observamos trabajar desde el coche?
    
    -¡Joder tío!, cada vez gente más rara, ¡espera pavo!, que se lo pregunto a mi chulo.
    
    Al poco rato llegaron hasta nosotros el chulo y la puta y el chulo me hablo:
    
    -Dame cien euros y la dejo trabajar, pero con dos condiciones.
    
    -Dime.
    
    -¡Una!, que cobre cincuenta euros por servicio y me los vaya dando a mí, y ...
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