1. El día de la boda


    Fecha: 06/08/2021, Categorías: Intercambios Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos

    ... mejilla. Mi madre cogió mis manos y las puso en su culo. Agarré fuerte de sus nalgas y acompañando sus movimientos le clavaba la polla lo más hondo que podía dentro de su coño.
    
    -¡Mmmmmmm!... ¡así muy bien hijo!... ¡qué rico!... ¡Estás aguantando como un machote...!
    
    Me dio un ligero pico en los labios y se levantó. Pero aquello no había acabado, se dio la vuelta y me ofreció su precioso culo. Con la mano me ayudó a volver a meter la polla dentro. Apoyándose con los brazos en la mesa movía su culo follándome mientras yo seguía sentado en la silla.
    
    Aquello era increíble. Su generoso culo moviéndose encima de mi polla. Sus gemidos, cada vez más fuertes, me volvían locos. Yo la agarraba por las caderas e intentaba clavar mi polla con fuerza pero en aquella postura era difícil moverse. Decidí levantarme y reclinar a mi madre un poco más encima de mi mesa. Mi madre aceptó un poco sorprendida y así, en esa postura, empecé a bombear lo más fuerte que pude.
    
    -¡¡¡¡Oooooh siiiii!!!! ¡Dame así bebé!... ¡siií, que rico!...- Gemía ella desesperada mientras que yo, como poseído, la follaba sin parar.
    
    Como podía, mi madre se agarraba de la mesa.
    
    Me agarró el pene y me dio un beso en la boca, metiéndome la lengua. -Ven, vamos a la cama- y sin soltarme la polla me guió hasta allá. Se tumbó con las piernas abiertas ofreciéndome su coño mojado y abierto. Yo me puse encima suyo y sin esperar un segundo se la metí y empecé a follármela. Sabía que iba a aguantar poco tiempo más ...
    ... antes de correrme.
    
    -¡¡Oooooh siiiiiii... follame mi niño, ¡follame!! ¡Follame, hijo!. ¡¡Lo necesitooo!! -gritó desesperada.
    
    Los pechos de mi madre se movían al ritmo de mi follada, ella estaba gozando como una loca. Ya casi estaba a punto de correrme, empecé a sentir la presión del semen subiendo por mis huevos.
    
    -No puedo más mamá... me voy a correr ya...
    
    -No te corras dentro, ¡sácala!
    
    Rápidamente saqué la polla, le di un par de sacudidas y un gran chorro de semen salió escupido con fuerza. Tanta que llegó hasta la cara de mi madre. Los siguientes chorros fueron saliendo con igual de energía cayendo por todo su cuerpo mientras yo gemía de gusto. Mi madre también gimió al sentir la lefa caliente en su cuerpo.
    
    Acto seguido caí rendido al lado de mi madre. Ella se reía por como la había dejado. No me fijé mucho, pero debía ser algo digno de ver. Mi madre completamente cubierta por la leche de su propio hijo. Se estiró hasta alcanzar la toalla que estaba en el suelo y se limpió un poco.
    
    -Vaya corrid, bebé... más que la primera vez-. Dijo mientras se tumbaba a mi lado y me cogía del brazo. -¿Te ha gustado, verdad?
    
    Yo asentí con la cabeza y entonces nos besamos. Estuvimos morreándonos un buen rato, los dos desnudos en la cama. Pasados unos minutos mi madre se levantó, haciéndome volver a la realidad.
    
    Volvimos a casa, me mudé junto a mi madre manteniendo una relación de esposos. Mi madre se quitó el anillo que siempre usaba para convertirse en mi mujer, ...